Santiago Juanes ha firmado esta tarde su libro “De las cosas del comer. Crónicas salmantinas a dos carrillos” en el Corte Inglés. Este evento se incluye dentro de las actividades de la “Feria de Salamanca”.
El periodista salmantino ha querido elogiar a la gastronomía salmantina. Por eso, Santiago Juanes ha vinculado las principales joyas de la cocina charra con las diferentes festividades a las que están ligados esos productos.
En relación al contenido del libro, su autor asegura que “es un libro que tiene una parte general en la que recorre el calendario festero salmantino. Hace referencia a la comida y productos que hay en esa etapa que arranca el día de Año Nuevo y termina el día de Nochevieja. Luego, hay otra parte donde hablo de los libros que han tratado la gastronomía salmantina. También hay mucha referencia literaria, porque de la despensa y de la cocina salmantina han escrito muchos autores y quería que eso se reflejara en el libro”.
Algunas de las festividades a las que hace referencia son las navidades. En relación a la gastronomía típica de estas fechas añade que “la primera referencia la vamos a tener dentro de unos días en los portales de San Antonio que son las turroneras de La Alberca. El turrón de La Alberca es una cosa bastante especial. Luego ya hay algunos platos que se han ido perdiendo. Por ejemplo, en la Navidad salmantina era muy típica la sopa de cardo”.
Aunque asegura que la gastronomía charra característica de las navidades no se va a alejar mucho de la del resto del país, comenta que “antiguamente la cocina salmantina de Navidad tenía una peculiaridad, y es que se celebraba la Fiesta de los Quintos. Había convites, fiestas, meriendas… había de todo porque se despedía a los chicos que iban al Servicio Militar. La gente entonces solo celebraba la Nochebuena o la Navidad. Para Reyes no había dinero. La Nochevieja y Año Nuevo no existían”, relata.
“De las cosas del comer. Crónicas salmantinas a dos carrillos” incluye platos típicos de las distintas zonas de la provincia. En relación a las comidas tradicionales de cada una de estas, Santiago Juanes destaca que “en Béjar, desde luego, la referencia es el calderillo. Pero, también son típicas las manteladas de San Antón. En Ciudad Rodrigo el farinato. En la Sierra de Francia, aparte de los asados, el limón serrano, que es una ensalada de cítricos de limón y naranja a la que se puede añadir carne, escabeche, o lo que quieras. En Alba de Tormes ahora en navidades hay un turrón de piñones que mucha gente no conoce y es una cosa muy rica. Además, tiene una peculiaridad, porque el hornazo que se hace es de hojaldre. En Salamanca, el picadillo de Tejares, la chanfaina de Salamanca, que son guisos de referencia, aunque el picadillo se está perdiendo. En las Arribes del Duero, todo lo que tiene que ver con el queso. Y en la zona de la Armuña, las lentejas estofadas y los garbanzos para ensaladas, cocidos…”
Santiago Juanes también hace referencia a varias figuras literarias. Explica que “el Lazarillo de Tormes es un tratado que habla del hambre, pero que habla de la comida también. El mejor elogio que se ha hecho nunca jamás del vino está en La Celestina. Camilo José Cela habló del hornazo y decía la galerna del hornazo, porque era tremendamente contundente, incluso para una persona como él. Por ejemplo, el hornazo, que parece que es una cosa muy salmantina, aparece en muchos libros y poesías. Pero son libros del Siglo de Oro y libros contemporáneos. Esto es porque el hornazo era una masa horneada con huevos cocidos. Ha llegado a lo que es ahora en base a la evolución de las masas, fundamentalmente. Es por eso que cuando los autores del Siglo de Oro se referían a hornazos se refieren a ese tipo de hornazos. En cambio, cuando Camilo José Cela habla del hornazo ya habla de otro. Pero sí tiene mucha presencia la cocina salmantina en la literatura. La primera guía gastronómica de España que se menciona en el libro, La guía del buen comer español de Dionisio Pérez, hay todo un apartado dedicado a la cocina y a la despensa de Salamanca”.
En cuanto a uno de los platos más típicos de Salamanca, el hornazo, ha aclarado que “los salmantinos dicen que el hornazo es de la capital del Lunes de Aguas. Pero el jueves previo a la Cuaresma ya se está comiendo el hornazo en algunos lugares de Las Arribes del Duero. En todos los días previos a esa semana se come. Además, no tiene nada que ver, no tiene tanto vínculo entre el hornazo y toda la tradición de la Casa de la Mancebía”.
“El hornazo de Salamanca y el hornazo de Ávila se parecen mucho. Incluso de algunas zonas de Zamora. Pero luego, en el sur, son cosas diferentes, son dulces. El hornazo es un obsequio. Por ejemplo, la mona de Pascua que se da en algunos lugares de España es un obsequio, pero exactamente igual que lo era el hornazo. Esa masa horneada con bollo y con huevos se le daba al cura que había predicando durante la Cuaresma. No se lo comían los vecinos, eso vino después”, ha contado el autor.
