Alguna vez ha escuchado que: “la voz que más grita es la que pide justicia”. Alba Torres con su obra Ayer rota, hoy otra ha dado un gran paso en la visibilización de la violencia de género y relaciones tóxicas.
Por: Lucía Almaraz
Alba Torres relata cómo acercarse a la escritura le ha hecho libre, ha contado su historia, pero también la que muchas otras mujeres tienen miedo de narrar. El libro consta de tres partes: relatos inventados, una novela verídica y poesía.
La decisión de escribir esta obra es porque «es mi historia. Una mujer más que sufrió lo que muchas callan, pero hoy es el día, te toca a ti también leer esto y despertar. Surgieron todas estas historias y quise contar la mía. Relaté cada golpe, cada lágrima, cada vez que él me hacía sentir pequeña hasta que dije basta. Y después de todo, sané, con esa poesía que salía de mis ojos y se posaba en el papel, la que me hizo darme cuenta de quién soy hoy y de quién nunca más seré”, cuenta Alba Torres.
Cuando escucha que el maltrato o la violencia no tiene género, ¿cómo le hacen sentir?
Antes me hacía sentir peor que ahora, porque ahora he entendido que para nada es así. Respeto que las personas piensen de una determinada manera, pero me hacen sentir daño, realmente es una violencia de género y esta existe de muchas formas y esta sí tiene género. Porque la violencia de género es la que ejerce un hombre hacia una mujer por el simple hecho de ser mujer. Y, cuando alguien te niega eso a la cara después de haberlo vivido hace mucho daño.
En su libro cuenta cómo el maltrato empieza mucho antes de un golpe o un insulto. ¿Cuándo fue consciente de esa situación?
En mi caso, fui consciente tarde. Porque yo lo viví dos años de mi vida, aunque no era consciente. Por ejemplo, había actos que no eran insultos ni eran golpes físicos, eran más pensamientos suyos que tenía sobre las mujeres, luego pensamientos que tenía sobre mí, por ejemplo: “es que vosotras no podéis sonreír o reíros, porque si no los hombres van a pensar mal. Sin embargo, nosotros sí podemos hacerlo”. Ese tipo de comentarios que no son insultos, pero realmente ahí ya está empezando el maltrato.
Las redes sociales son un medio para relacionarse y para algunas personas verdaderas encrucijadas. ¿Qué son para Alba?
Para mí las redes sociales son un portal abierto a la comunicación, ya no solo la comunicación escrita, también oral y, sobre todo, para ver un montón de perfiles de personas diferentes. Porque, al fin y al cabo, todos somos iguales en cuanto a valorarnos, pero somos diferentes en cuanto a todo lo demás, tenemos personalidades, caracteres, gustos, opiniones diferentes, mentalidades diferentes, incluso ideologías, y creo que las redes sociales son una herramienta buenísima para que podamos ver eso, abrir nuestra mente y entender a los demás a través de su estilo de vida, su cultura, sus tradiciones. Entonces, dentro de mi casa, de mi experiencia y de mi historia me han ayudado muchísimo, porque ha sido una forma de dar a conocer lo que a mí me ha pasado, lo que me encanta la escritura, lo que lleva mi libro dentro. Y, gracias a ellas, más gente ha podido verlo y se le ha podido dar más visibilidad.
Ayer rota, hoy otra es un juego de palabras sugerente y con futuro. ¿Cómo está ahora?
Ahora diría que la chica que escribió Ayer rota, hoy otra sigue siendo otra, pero no la misma que puso en su día este título, por lo que me he dado cuenta que la gente va cambiando, evolucionando y siempre vas a ser otra. Lo bonito y lo positivo es darse cuenta de ese cambio y ser consciente y estar en el presente en el momento, porque si dejamos de ser conscientes de que vamos cambiando y evolucionando, va a llegar un momento en el que nos vamos a mirar al espejo y no nos vamos a reconocer. Eso me pasó a mí, me miré un día al espejo y me sentí rota. No sabía por qué no me identificaba, no me veía a mí misma o no veía a la Alba del pasado. Entonces me di cuenta de que es que la Alba del pasado fue, pero ahora es otra. Y, en estos momentos de mi vida estoy muy bien y soy otra, pero para nada estoy rota.
Respecto a su segunda obra. ¿Qué puede adelantarnos?
El libro es feminista también, pero va a tratar sobre mis bisabuelas por lo que está relacionado, porque habla de algo que también es mi historia. Una historia en la época franquista, la posguerra y cómo la mujer en esos tiempos tenía que luchar por ello, por ser mujer.
Además de la satisfacción por escribirlo y la acogida. ¿Qué otras sensaciones tiene al mirarlo y hojearlo? Teniendo en cuenta lo que narra en él.
La primera es como si hubiesen quitado una parte de mí y la hubiesen puesto en el libro, o sea, siento que ese libro va conmigo a todas partes, porque al fin y al cabo es algo de mi vida. Mira, como decía mi padre: el libro no es mi historia, no es mi vida, sino algo que viví. Fue algo más que formó parte de mí y que de alguna forma me define, pero no del todo. Cuando miro el libro me siento en él y me siento identificada. Pero, por otro lado, siento que es algo como del pasado y un aprendizaje, sobre todo cuando lo veo. También digo, cuanto has cambiado Alba, cuanto has aprendido, cuanto has evolucionado, sigue así.
También mucho orgullo, muchísimo, que es algo que nos decimos pocas veces. Dentro del libro hay una parte muy importante para mí, me digo que me quiero, y yo creo que es un mensaje que nos decimos muy poco. Quizás no tenemos por qué vivir una experiencia de violencia de género o una experiencia negativa en nuestra vida para saber que nos queremos, pero creo que justo cuando vives ese tipo de situaciones es cuando más lo trabajas y más te das cuenta de lo importante que es quererse a una misma.
Usted ha mencionado que quiere dar visibilidad para poder concienciar sobre estos hechos, contar que sí ocurren, ¿cree que se ha logrado?
Pues hay días que me despierto y digo, “qué bien Alba, has conseguido tu objetivo”, y hay otros en los que digo, “tienes que trabajar mucho más, ponte a hacer más cosas, a dar charlas, busca cómo puedes ayudar más en este tipo de temas, porque con un libro no basta, porque con una firma, una presentación de libros o con la charla que di el otro día no basta, necesito más”. Por ejemplo, tenía como objetivos que lo leyesen personas que realmente estaban sufriendo una situación parecida y sí que es verdad que me han llegado infinidad de mensajes, sobre todo, mujeres que decían: “pues mira, Alba, he sentido esto”, o, “justo he leído tu título y me he sentido identificada”, por ejemplo. El “a mí me ha pasado una situación muy parecida. Gracias, me has hecho abrir los ojos y he ido a denunciar esta mañana”.
¿Y el resto de la sociedad? ¿Qué podemos hacer?
Creo que lo primero es no callarnos. Ante situaciones como esta, a lo mejor una misma no la vive, pero estás viendo que tu amiga, tu madre, tu hermana, alguien está en esa situación. Así que al menos darle el apoyo que necesitan y, sobre todo, la confianza para decirles: “Yo te creo, créete tú a ti misma” y, por favor, ayuda y siempre actuar, ya sea con una denuncia, ya sea con un libro, en este caso, ya sea contándoselo a tu familia, a alguien más importante que te vaya a ayudar mucho más a nivel policial, no sé. Yo creo que lo primero es eso, no mantenernos en silencio, no sentir vergüenza también como sociedad. En este caso, las que lo vivimos, a mí no me ha pasado, nunca he sentido que esto fuese un tema tabú. No me he visto en esa tesitura, pero sí que sé que hay muchas personas que no lo cuentan porque les van a mirar mal o no van a ver a esa persona de la misma manera, y es lo primero que nos tenemos que quitar, ese miedo, esa vergüenza y decir: “hay que tirar para adelante”; y también como sociedad, no juzgar, porque muchas veces la típica frase de “por qué aguantaste tanto”, realmente, si tú no estás dentro de una situación así, no puedes entenderlo. Entonces, lógicamente, cuando sales de ella, tú a ti mismo también te preguntas “por qué aguanté tanto”, pero si no estás en la relación o en la situación, no puedes juzgar de esa manera, porque nadie sabe lo que tiene dentro de la mochila.
Ayer rota, hoy otra, está escrita en primera persona y con un lenguaje cuidado y preciso, sin tapujos. Ahora se espera el segundo trabajo de la escritora y maestra que, aunque adelante que es una historia diferente, tiene guiños a este primer ejemplar.