El precio del gas y de la energía disparará las ventas de estufas de pellet y calderas de biomasa entre un 30 y 40 por ciento este invierno en Castilla y León. Los expertos ya habían confirmado una evolución en la comercialización de este tipo de aparatos, demandados ahora por parte de la población, principalmente viviendas unifamiliares y adosados, para intentar reducir su factura eléctrica y de calor de sus hogares. Pero ahora se constata que los porcentajes de crecimiento serán importantes en la Comunidad, muy por encima del 17 por ciento del año pasado.
El director de Proyectos de la Asociación Española de Biomasa (Avebiom), Jorge Herrero, explicó en declaraciones a la agencia Ical que, con este vaticinio que realizan desde la organización, consideran que las estufas de pellet y las calderas de biomasa batirán récord de ventas en la Comunidad. Todo ello, incluso, tras haber alcanzado en 2021 su pico, con 9.636 de las primeras y 1.388 nuevas calderas de la segunda.
En total, el año pasado se vendieron casi 11.000 máquinas de este tipo en la Comunidad, con lo que la cifra total ascendió a 64.161 de pellets, principalmente en viviendas, y 12.388 de biomasa (en hogares y otro tipo de instalaciones), que estuvieron operativas el anterior ejercicio, es decir, 76.549, que se traduce en una potencia nominal de algo más de 2.000 megavatios.
Del total de aparatos de este tipo, León encabeza el número total en funcionamiento, con 12.919, seguida de Valladolid y Salamanca, con 9.165 y 9.101, respectivamente. A continuación, Palencia, con 8.895, Burgos, con 8.323, Segovia, con 7.913, Zamora, con 7.316, Ávila, con 7.277, y cierra Soria, con 5.731 estufas.
Herrero justificó que las calderas de biomasa se diferencian de las estufas en que calientan un fluido, en este caso el agua, para distribuir el calor por la vivienda o la instalación. Por este motivo y para intentar sortear el alto coste energético originado por la incertidumbre procedente por la invasión de Ucrania y la inflación, los fabricantes se encuentran “al cien por cien” de su capacidad y superarán con creces la salida de mecanismos de 2021. “En principio, hay componentes de todo, que es lo que puede limitar la fabricación de estufas”, sostuvo Herrero, cuestionado por si la falta de materias primas pudiera restar agilidad a estas fábricas, como ha sucedido con la automoción.
En todo caso, subrayó que el uso energético de la biomasa continúa ganando terreno en Castilla y León, de manera que el sector cerró el año pasado con un volumen de negocio que alcanzó los 195 millones de euros, un 20 por ciento más que en 2020, año en que la pandemia provocó el cierre temporal de muchas instalaciones como piscinas, colegios e industrias, entre otros. Las previsiones de este año, con la crisis energética de por medio, augura un nuevo récord de facturación. El año pasado osciló entre los 15,3 millones de Zamora y los 30,7 de León.
Líder en el sector
Castilla y León se posicionó como líder a nivel nacional en la producción de calor en estufas de pellet y calderas de biomasa el pasado año, con una producción equivalente a consumir 408 millones de litros de gasóleo de calefacción, que permitieron reducir algo más de un millón de toneladas de CO2, causantes del aceleramiento del cambio climático. Esta sustitución de combustibles fósiles equivalen a retirar de circulación más de 720.000 coches de las carreteras de la Comunidad.
Además, Avebiom ensalzó que la biomasa genera empleo estable y localizado en pequeños municipios del medio rural, gracias a un total de 32 empresas del sector: 14 productoras de pellets y otros 13 de astilla, así como cinco distribuidores. La estimación es que los nuevos usos energéticos vinculados a este proceso en Castilla y León requirieron 375 empleos más que el año anterior, con 2.265 puestos de trabajo, de los 12.935 que tiene el sector en todo el territorio nacional, sin contabilizar el tradicional uso de leñas ya sea de forma profesional o particular. Las provincias de León y Burgos fueron las más beneficiadas, con 368 y 321 empleos, respectivamente.
A juicio de la Asociación, la biomasa genera empleo pero también ahorros. Así, Jorge Herrero admitió a Ical que las instalaciones domésticas “están sufriendo un elevado precio del pellet, provocado por elevados costes eléctricos de producción y el alza de los precios del transporte”. Pero aún así se mantienen como una fuente de energía “mucho más económica” que el gas, el gasóleo de calefacción o la electricidad. Por su parte, las instalaciones industriales capaces de consumir astilla están obteniendo ahorros energéticos del 80 por ciento sobre las instalaciones que usan gas industrial.