La Cátedra de Memoria Democrática ‘Josefina Cuesta’, de la Universidad de Salamanca, se estrena a lo grande con el primer encuentro científico “La represión sobre la comunidad educativa en el distrito de Salamanca”, en colaboración con la Secretaría de Estado de Memoria Democrática del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Con esta excusa charlamos con Andrés Blanco y con Rosa López, director y subdirectora de la Cátedra.
Andrés, ¿Por qué se ha tardado tanto en tener una Cátedra de Memoria Democrática?
Tiene que ver con la transición española. La percepción es distinta de los que estuvimos en la transición, que de los que no han estado. Naturalmente, tienen su opinión y con el mismo derecho.
En la transición, los implicados, que fuimos toda la sociedad española de ese momento, había muchas incertidumbres y nos llevo a que no se tuvieran en cuenta ciertas realidades. No es que se hiciera un olvido consciente, pero sí había un deseo de poner todos nuestra parte para que fuera un proceso que saliera bien, aunque algunos lo tuvieran que pagar más que otros, y no se detuviera.
¿Da la sensación de que siempre pagan los mismos?
Siempre pagan los que tienen menos poder. Cualquiera que estuviera en la transición, con el mismo derecho opinan los que no estaban por edad, pensaba que allí lo que queríamos era acabar con el franquismo y establecer el eslogan: Amnistía y Libertad. Era en eso, en lo que trabajábamos sistemáticamente todos los días en la calle.
¿Qué implicaba la libertad?
Acabar con el franquismo.
Y, ¿la amnistía?
Perdón de lo que habían hecho.
¿Se transigió mucho?
Se transigió con muchas cosas.
Por ejemplo.
Con un acuerdo pactado con personas que venían del régimen, de cómo se hacía esa transición, con muchísimas dudas hasta el final. Hoy aparece claro el planteamiento de la ley para la Reforma Política que implicaba un sistema democrático, pero lógicamente, la oposición no se lo creía del todo. Quién estábamos entonces decíamos que si esto que se dice en esta ley se cumplía, estaría muy bien. Tenemos un sistema democrático, con las limitaciones que sea.
La transición no fue un camino de rosas…
La transición no fue un proceso fácil, porque no fue algo que se diera de golpe. Fue un proceso con muchas dificultades, resistencias, problemas que venían de la resistencia del franquismo, pero también de grupos como ETA, que no aceptaban el proceso porque no les servía y seguían torpedeando ese mismo proceso. Tenemos el intento de golpe de Estado de Tejero. Es muy complicado, incluso a la altura de 1986, todavía la percepción es que no estaba consolidado. Hay que pensar que la transición se hizo por un acuerdo, no por derribar un régimen dictatorial procedente de una Guerra Civil. Por un acuerdo, una ruptura pactada en el que se determinaron una serie de cosas, algunas legalmente y en otras en un proceso que ha sido muy lento, hasta la ley de ahora.
Ni siquiera se había dicho que el régimen de Franco había quitado a un gobierno salido de las urnas.
Ahora le Ley lo dice claramente. Primero queda la acción del Estado para tratar de conocer lo que ha ocurrido y por otro, contribuir al conocimiento de lo que ha sucedido y, en la medida de lo posible, en las exhumaciones con la colaboración del resto de las administraciones. Ya no es algo que pueden hacer asociaciones o administraciones, sino que es algo que es obligación de la administración central del Estado.
Luego vienen las medidas de reparación de todo tipo, legal, no solo de que el juicio en el que se condenó a tu abuelo se reconozca como ilegal, por lo que sin ningún tipo de efecto, sino con la reparación moral, incluso económica que se establezca en su momento.
¿Cuándo se consolidó la Democracia?
Hoy hablamos de que la transición estaba consolidada en 1986, porque entramos en Europa, también en la OTAN, pero no lo teníamos como absolutamente consolidado. Incluso el Gobierno de ese momento, a la altura de 1986, cuando le planteamos celebrar los 50 años de la Guerra Civil, no por hacer una fiesta, sino por analizar qué es lo que pasó con la Guerra Civil y con el régimen que vino. Felipe González nos dijo a los historiadores que la Guerra no era para celebrarse. Textual. No hubo conmemoración oficial de los 50 años de la Guerra Civil, si la hubo a nivel de historiadores.
Fuera del ámbito académico, ¿cuándo comienza a reivindicarse lo que paso en España en 1936 y después?
En realidad, no es hasta los años 90′, aunque los colectivos que no se sentían reparados, reivindicados,… empezaron a hacer algo, pero muy lentamente. Todos esos colectivos exigieron que hubiera un reconocimiento de lo que había pasado y una reparación. Eso hasta que no gana las elecciones el PP en 1996 y el clima político se tensa más. Además, ya hay una nueva generación de personas que se sienten mucho menos concernidos, que es la generación de los nietos. En la que no solo hay nietos, pero se sienten menos implicados y con mucho más derecho. ¿Por qué no voy a saber yo aquello de lo que soy víctima, al igual que lo fue mi padre o mi abuelo? Aquí empezó una dinámica.
¿Qué pasó hasta entonces? El PSOE gobernó más de una década
No es por exculpar la política del PSOE, ni de ningún otro partido de izquierdas, pero el tema de consolidar el sistema hacía que si no había mucha presión en la calle, este tipo de cuestiones no se mueven. No es que fueran incómodas, es que decían, ya lo iremos haciendo. Sobre todo el reconocimiento de lo que había ocurrido tenía muchas implicaciones legales y materiales.
Y, ¿ahora?
Hoy tiene menos porque muchos han desaparecido. Era necesario conocer el tema, reconocer lo que ocurrió, para tomar las medidas de reparación necesarias al conocimiento de lo que sucedió. Eso ha costado mucho y sigue costando. Eso se vio con la Ley del 2007 y se está viendo ahora, con la Ley de Memoria Democrática.
¿Tiene sentido que se diga que con esta Ley abre heridas?
No tiene ningún. Es verdad que las guerras civiles siempre son más cruentas y difíciles de digerir por cercanía. Pero, en realidad todos entendemos y aceptamos que cuando hay un naufragio la administración haga lo posible e imposible para recuperar los cuerpos. Cuando ya no se pueda, no se puede. Por otro lado, dicen los expertos en el tratamiento de las víctimas del tipo que sea, que hay que tener un duelo. A veces, lo más difícil es esa duda que permanentemente tienen los familiares. Primero, no saben lo que está ocurriendo con esa persona, cómo estarán, si están siendo torturados,… y después, cuando ya no pueden vivir, de no saber lo que ha ocurrido. Esa duda es atroz. Eso no se cierra hasta que se encuentra el cuerpo, hasta que se hace el duelo.
¿Qué cree que buscan las víctimas?
Lo que pretende es que se tenga en cuenta qué pasó. Además, la recuperación de los cuerpos, si es posible, y que haya una reparación, aunque sea moral o material.
¿Eso debería haber sido antes?
Sí, sobre todo porque muchas personas se han quedado por el camino sin tener esa reparación ni moral, ni ese reconocimiento, ni el conocimiento de lo que pasó realmente con sus familiares. Al menos, es ahora. Lo que tenemos que hacer es aplicar la ley.
Hablemos de la Cátedra de Memoria Democrática ‘Josefina Cuesta’
Es una Cátedra universitaria, de investigación. En principio, será sobre la represión de la comunidad educativa del distrito de la Universidad de Salamanca -Cáceres, Ávila, Salamanca y Zamora-, en Primaria, Secundaria y Universitaria. El personal de administración, docencia y servicios, profesores, catedráticos, estudiantes. Esto es el elemento fundamental. La represión no se puede trocear, es un proceso complejo y con muchas vertientes. Lo tienes que enmarcar en la represión en general, sobre todo cuando se analiza la represión franquista que es un elemento constitutivo del régimen muy importante.
¿A qué se refiere?
El franquismo tiene elementos que existen desde el principio hasta el final de la represión contra los desafectos al régimen. Hay que analizarlo en ese proceso general. Nosotros nos centramos en la represión de la comunidad educativa del distrito universitario de Salamanca.
Tratan un tema muy sensible.
Toda investigación universitaria tiene una consecuencia inevitable que es la transferencia de ese conocimiento. Es función nuestra, la transferencia, no solo a la comunidad académica, también al tener este tema una especial sensibilidad social, habrá una transferencia social y educativa. Y por último, pero en la que ya la cátedra no tienen protagonismo. Nosotros acompañaremos aquellas medidas de reparación que las distintas administraciones hagan, a partir de lo que podamos descubrir. Nos falta mucha pedagogía en este campo.
Explíquese.
Tenemos que contribuir a dar conocimiento por los canales del mundo académico, educativo. Hay un acuerdo del Ministerio de Presidencia con el de Educación para que los contenidos educativos de esos porcentajes que van para las comunidades autónomas se hable de Memoria Democrática, por lo que acompañamos en esto con conocimiento. También a la propia Universidad.
Hay mucho analizado ya. Vamos a aglutinar. La Cátedra tiene una estructura a partir de las personas que se fueron preocupando de este tema que son juristas, historiadores, documentalistas,… Hay personas que son expertos en justicia restaurativa.
¿Habrá más instituciones?
Sí. Nuestra finalidad es estrictamente universitaria, de investigación y transferencia del conocimiento. Naturalmente, en este campo de la Memoria Democrática tiene esa consecuencia reparativa de justicia restaurativa, que tendrán que hacer otras instituciones y que nosotros acompañaremos.
¿Creen que a los universitarios les va a interesar hacer tesis o TFG?
Sí, hay interés por el conocimiento de la Guerra Civil, del franquismo,… A los universitarios les interesa mucho la represión del alumnado, que se sabe muy poco. Se sabe mucho de profesores, pero poco de PAS y de alumnado.
¿Será difícil encontrar documentación o información de alumnos y trabajadores?
Hay algunos que es más fácil hacerlo como era el alumnado de la Normal, los que estaban estudiando Magisterio, pero es más complicado el hacerlo de un alumno de Bachillerato que hubiera dicho: ¡Viva la República! y que a lo mejor lo echaran del instituto. Quedan muchas cosas por analizar y tenemos un serio problema de fuentes.
¿Se han muerto?
No, no solo eso. No solo las fuentes orales, también las documentales. Las comisiones de depuración. Parte de la documentación que se aplicó en esos procesos represivos, no están.
¿Dónde está?
Rosa López. No se ha investigado nada sobre las ausencia o la falta de documentación de determinados ámbitos. Una vez desaparecido el franquismo, hay órdenes directa de destruir la documentación de los gobiernos civiles. Aquí se salva por casualidad, porque había un conserje que trabajaba en un archivo del Gobierno Civil y era una persona que tenía cierta sensibilidad a estos temas. En Zamora, acabó en un pozo, en otros sitios se destruyó.
Para reescribir la historia.
Todas las dictaduras tratan, no solo de escribir la historia, de eliminar el rastro de alguna manera. El hecho de que algunos les incomode que se hable de Memoria Histórica o Democrática o que se investiguen estos temas, es porque hay una especie de censura a lo que hicieron. Insisto en que nuestra labor es investigación y transmisión del conocimiento. Ya está.
Al mismo tiempo en la Cátedra estamos en colaboración con la Junta de Castilla y León a partir de la legislación en marcha. De momento, hay una serie de decretos que están vigentes. Hay colaboración con las cuatro universidades de la región. Hay un catálogo de fosas, se está haciendo uno de víctimas y de lugares de memoria.
La Universidad tiene sus archivos.
Sí, hay referencias. Están las propias actas y expedientes. Una cosa es la represión y otra la ejecución. En los efectos de la represión es dónde tenemos más documentación.
¿Eran ordenados en el archivo como los alemanes?
Sí. El gran archivo de Salamanca es el Provincial. Ellos tiene documentación de algunas de las comisiones. Hay cuatro grandes comisiones de depuración, dos de ámbito nacional y dos provincial. La C y la D eran provinciales y creo que en este momento, sólo tienen de una. Hay mucha documentación del Gobierno Civil, de Justicia,… Muchas más de la que pensábamos.
¿Tienen previsto actuaciones de futuro además del congreso que se lleva a cabo estos días?
Sí, un encuentro internacional en el que analicemos lo que estamos haciendo y la función de esta Cátedra. Lo que es la Memoria Democrática en el mundo. Lo más importante será la difusión del conocimiento, que llegue a las personas. Hay que analizarlo con normalidad. No se pretende ninguna revancha, se busca el conocimiento, porque cuando las cosas no se conocen, se inventan.