Las terapias respiratorias domiciliarias (TER) son técnicas que utilizan un número muy elevado de pacientes que padecen distintas enfermedades. La más conocida de todas es la oxigenoterapia, pero existen otras muchas enfermedades que necesitan de este tipo de terapias, como los pacientes con trastornos del sueño que utilizan la CPAP, pacientes con enfermedades neurológicas (con ELA por ejemplo) que precisan respiradores o asistentes de tos, niños y adultos que precisan nebulizadores para la administración de fármacos, y otros enfermos que usan otro tipo de TER, pero todas estas terapias tienen un factor en común: funcionan conectadas a un enchufe eléctrico.
Más de un millón de personas en España precisan terapias respiratorias en su domicilio. En la provincia de Salamanca 8.415 personas requieren algún tipo de terapia respiratoria domiciliaria. Algunas de ellas, como los concentradores de oxígeno o los respiradores tienen que estar conectados a la red eléctrica durante 24 horas al día, otras como la CPAP solo durante la noche.
Es obvio que una gran cantidad de familias tienen muy serios problemas para pagar el recibo de la luz y que, como consecuencia, no se pueden duchar con agua caliente, pasan frio y pasarán mucho más aún cuando llegue el invierno y desciendan más las temperaturas. Este es un problema de suficiente calibre como para que los gobiernos tomen medidas de control de precios y eviten el abuso al que empresas con beneficios empresariales de miles de millones de euros (de enero a septiembre de 2022 REPSOL 3.222 millones, Iberdrola 3.104 millones, Enagás 353 millones) están sometiendo a la ciudadanía. No se trata solo de falta de empatía para con la sociedad de estas empresas sino de la manifiesta inmoralidad de quienes las dirigen y de los políticos que se lo permiten.
Hace unos días don Mariano Pastor Sanz, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (FENAER) nos exponía a un grupo de neumólogos reunidos en Madrid la dificultad que tienen para poder cumplir con estos tratamientos debido al encarecimiento de la luz. La gran mayoría son económicamente débiles y tienen ingresos muy limitados. Muchos de ellos se están dirigiendo a sus médicos para indicarles que no pueden utilizar las TRD, en muchos casos poniendo seriamente en riesgo su salud e incluso su vida. Está es una consecuencia más de la indigencia energética en la que viven.
Únicamente en ocho comunidades autónomas existen ayudas para paliar el gasto en electricidad de estas terapias. En Castilla y León, por ejemplo, está regulado un abono de 15,76 euros por mes en los tratamientos de oxigenoterapia con concentradores. Otro tipo de terapias como la CPAP no reciben este tipo de ayuda. Recientemente el Procurador del Común se dirigió a la Consejería de Sanidad solicitando una actualización de estas ayudas debido al incremento del precio de la electricidad. “Pensamos que esta situación hace más necesaria la adopción de ayudas económicas en concepto de gastos de electricidad para todos los pacientes que requieren terapias domiciliarias con dispositivos conectados a la red eléctrica, con independencia de su tipología”.
Las asociaciones de pacientes se quejan de que es un proceso burocrático tan engorroso que la mayoría de ellos no sabe o puede realizar por lo que les resulta más fácil abandonar el tratamiento “y que sea lo que Dios quiera”. Recientemente, en el Foro Estratégico de SEPAR (Sociedad Española de Neumología) celebrado en Madrid los días 26 y 27 de octubre, profesionales y empresas adjudicatarias de este tipo de terapias pusieron de manifiesto su inquietud ante el hecho de que el número de pacientes que no están realizando los tratamientos por no poder pagar la luz es muy elevado (superior al 40%) y aumenta cada día.
Parece obvio que si una familia no tiene dinero para utilizar agua caliente y calefacción atraviesan una situación muy difícil, pero cuando alguno de sus miembros no puede utilizar un tratamiento que es esencial el problema es mucho más grave aún y exigiría de mayores ayudas públicas.
Mientras tanto oír hablar a los responsables de las empresas de energía eléctrica de imagen corporativa, responsabilidad social corporativa o filantropía es mucho más que un sarcasmo, es un insulto a la inteligencia.
1 comentario en «Terapias respiratorias domiciliarias»
con esa cantidad 15.76 no llega ni la cuarta parte del consumo creo que no es tan dificil calcular el consumo y horas de funcionamiento Parece mas rentable las subidas de salarios de politicos que las ayudas ha los que realmente pagan los impuestos