Los hosteleros salmantinos han vuelto a alzar la voz, ahora por la dificultad para trasladar a los precios las subidas de sus costes.
Los hosteleros afirman que también son víctimas de la inflación, como el resto de los salmantinos y, además, porque uno de los primeros ámbitos en los que recortan los ciudadanos es el ocio.
Iván Calvo Hernández, regente del Bar Azul de Salamanca, lamenta que “lo que más he notado en los últimos meses es la subida de la luz. Es una auténtica salvajada. Ha subido cerca del cincuenta y mucho o 60%”. Además, reconoce que “aunque estás siempre pendiente del ahorro, con bombillas LED, todo de bajo consumo, etc. todo gasta. Y, además, teniendo abierto casi todo el día, son muchas horas de consumo”. Respecto al gas, “ha subido prácticamente un 40%”.
Por otro lado, los suministros también están suponiendo un quebradero de cabeza. “Estamos hablando de subidas continuas. Todo va subiendo, incluso semanalmente. Primero un 5%, luego un 10%… y en cosa de cuatro o cinco meses se han incrementado hasta un 20 o 30%”, explica. “En las últimas semanas se está poniendo todo bastante peor, con diferencia”, añade.
El hostelero menciona las subidas en productos como la cerveza, el café y otros alimentos para elaborar los pinchos. Sin embargo, señala la leche como uno de los productos que más se han encarecido. “Ahora me ha llamado el de la leche, 10 céntimos más esta semana y 15 la que viene. Por cada botella de litro y medio”, expone.
Los precios
Los elevados costes de suministros se están traduciendo en subidas de precios en las consumiciones de muchos establecimientos. Sin embargo, Calvo insiste en que “hay que aguantar como se pueda” y “hasta que pueda” mantendrá sus precios. “Hay que controlar un poco, porque en un bar de barrio si te pasas cobrando la gente que viene habitualmente deja de venir”.
Pese a ello, confiesa que “cuando te sientas a hacer cuenta se te encoge el estómago”. “Hay veces que de toda la caja sólo te queda un 10% de beneficio. Trabajas más que nunca, pero ganas menos que nunca”, explica. “Hay gastos fijos que siempre hay que pagar, como las facturas, los sueldos o los seguros”, independientemente de la clientela o la facturación.
A pesar de todo, Calvo, que tiene tres empleados contratados, reconoce que «no me he planteado ni despedirlos, ni tampoco cerrar” su bar. Si bien reconoce que “si tuviera que pagar alquiler, seguramente no podría tener abierto”.
Finalmente, el aspecto positivo que menciona el dueño del Bar Azul es que su clientela “es muy fiel y me responde”. “Pero sí que es cierto que se nota que la gente se echa un poco para atrás con cierto miedo”, concluye.
1 comentario en «El dilema de subir los pinchos o aguantar»
Pero bueno, ¿otra vez lloriqueando los hosteleros?. Después de que el Ayuntamiento les cediera espacios públicos (es decir de todos los ciudadanos)para sus terrazas, se beneficiarán de las ayudas para ertes, se les aplazara el pago de impuestos, se les concedieran créditos blandos etc,etc…Ahora se quejan de que les suben los productos y la energía. Estoy a punto de hacer una colecta para correr en su auxilio. “Es el mercado, amigo”, que diría vuestro amigo Rato.