El embrague es un sistema fundamental para el funcionamiento de los coches pero, como cualquier pieza, debido al uso puede sufrir averías. Pese a que su vida útil depende de varios factores como el tipo de conducción o la calidad del fabricante, hay varias señales comunes que avisan de una avería en dicho mecanismo.
- Pedal más duro. Se trata de una de las primeras señales en aparecer. A medida que la vida útil del embrague va disminuyendo, la dureza del pedal va aumentando.
- El embrague patina. Esto se produce cuando el disco del embrague se va desgastando y se nota cuando, al meter una marcha, las revoluciones aumentan, pero el vehículo no avanza como debería.
- Olor a quemado. Este indicador está relacionado con el anterior, ya que al someter al embrague a sobreesfuerzo, se notará olor a quemado. En algunos casos, puede llegar incluso a salir humo.
- Dificultad para cambiar de marcha. Otra de las señales más características es que al cambiar de marcha con el embrague gastado, la caja de cambios ‘rasca’. Este sonido puede identificarse tanto desde el interior del vehículo como desde el exterior. También puede producirse que, al engranar una marcha, se produzca una mayor resistencia de lo habitual.
- El pedal no vuelve a su posición. Cuando el pedal no vuelve a su posición original tras pisarlo puede indicar una avería en dicho sistema. Sin embargo, también puede tratarse de un fallo en el muelle de retorno, que el plato de presión del embrague esté deteriorado o una pérdida de líquido hidráulico en el bombín.
