Los ácaros son unos seres vivos microscópicos que conviven habitualmente con los humanos y se alimentan de las pieles muertas. Pese a que no son peligrosos, pueden provocar reacciones alérgicas. Así, aunque no se pueden eliminar del todo, se puede reducir su exposición considerablemente.
Los ácaros viven en cualquier lugar donde haya polvo. Sin embargo, donde más comúnmente se encuentran es en los colchones y ropa de cama, alfombras, cortinas y muebles tapizados. Además, estos microorganismos ‘buscan’ el calor de los hogares y suelen proliferar en ambientes húmeros.
Una limpieza regular es vital para controlar la propagación de los ácaros. Pese a ello, debido a que la limpieza no los elimina para siempre, también debe llevarse a cabo una desinfección con cierta regularidad.
En cuanto a los trucos para contener a estos temidos microorganismos, se recomienda limpiar el polvo húmedo como mínimo una vez a la semana. Además, en cuanto al dormitorio, es esencial ventilar diariamente, utilizar ropa de cama hipoalergénica y fundas de edredón y almohadas hechas de tela especial, así como lavarlo todo habitualmente. En las habitaciones de los niños, es aconsejable reducir el número de peluches y lavarlos una vez al mes como mínimo.
