Según las estimaciones actuales, el mundo alcanzará los 8.000 millones de personas a lo largo del presente mes de septiembre. Pese a que esto sea un indicador de las mejoras en ámbitos como la salud pública y la nutrición, millones de personas siguen pasando dificultades. En este sentido se ha pronunciado António Guterres, secretario general de la ONU.
António Guterres ha mostrado su opinión ante el hito que está apunto de alcanzar la humanidad: llegar a los 8.000 millones de habitantes a nivel mundial. En un artículo de opinión, el dirigente ha lamentado la situación que atraviesa el mundo, ya que “a medida que aumenta la familia humana, también se vuelve más dividida”.
“Miles de millones de personas tienen graves dificultades, cientos de millones pasan hambre e incluso hambruna. Hay cantidades sin precedentes de personas en tránsito, en busca de oportunidades y tratando de superar deudas y penurias, guerras y desastres climáticos”, ha recalcado. También ha reconocido que si no reducimos las desigualdades, “estamos allanando el camino hacia un mundo dominado por tensiones desconfianza, crisis y conflicto”.
Por otro lado, Guterres ha apuntado a la crisis climática, la pandemia del coronavirus, la guerra de Ucrania, la pobreza o el hambre, como los principales problemas que amenazan el desarrollo de la humanidad. “Debemos poner freno a estas tendencias dañinas, recomponer las relaciones y encontrar soluciones conjuntas a los retos que tenemos en común”, ha expuesto.
El dirigente cita el cambio climático como una de las grandes amenazas que debemos afrontar. En este sentido reconoce que abandonar los combustibles fósiles “es la única esperanza que nos queda para cumplir los objetivos climáticos”. También ha instado a los líderes mundiales a acordar una hoja de ruta para “indemnizar a los países del Sur Global por las pérdidas y los daños asociados al clima”.
Finalmente, aunque ha explicado que “el impacto del cambio climático hace a los jóvenes desistir de la idea de tener hijos”, ha reconocido que también hay algunas “buenas noticias”. Así, menciona que con las inversiones necesarias en los países más pobres del mundo, “en unas pocas décadas, podrían pasar a impulsar un crecimiento y prosperidad sostenibles y ecológicos”.