En los últimos años hay quienes han optado por volver a sus orígenes y vivir en los pueblos. Este es el caso de Beatriz Gutiérrez, quien ha dejado atrás Madrid para volver a Santibáñez de Béjar. Allí, ha abierto una casa rural en la vivienda de su abuela materna.
La de Beatriz, ingeniera química de 32 años, es una típica historia de ‘me vuelvo al pueblo’. Sin embargo, además de buscar la tranquilidad o el contacto con los orígenes y la naturaleza, su retorno también se ha producido para hacer realidad su sueño. Esta joven ha abierto una casa rural en su pueblo, Santibáñez de Béjar, pero además lo ha hecho en la casa que fuera de su abuela.
Beatriz trabaja en “una multinacional del mundo de las telecomunicaciones” y volvió al pueblo “justo tres días antes de que cerrasen España por la pandemia”. Desde entonces “me permiten el teletrabajo 100%”. “Por eso puedo gestionar tanto la casa rural como mi trabajo”, explica.
“Si mi empresa me permite el trabajo remoto me quedo aquí sin ninguna duda”, afirma, insistiendo en las ventajas de la vida en el pueblo. “Aquí hay más tranquilidad, menos contaminación, menos estrés, los productos son de proximidad, etc. Además, yo por ejemplo ahora no tengo que madrugar tanto a la hora de trabajar, ya que en Madrid tenía que levantarme dos horas antes de entrar para poder llegar”. También destaca las “oportunidades” que ofrecen los pueblos, “sobre todo ahora más aún con las nuevas tecnologías”.
Después de varios meses de trabajo poniéndolo todo a punto, hace justamente un año, la Casa Rural Abuela Luci comenzó su andadura, lo que ha supuesto para su propietaria ver cumplido “uno de mis sueños”. Una casa de la que destaca “su comodidad y sus vistas, que son preciosas, pero también está el entorno, que es maravilloso. Tanto para disfrutar de Santibáñez de Béjar como de otros lugares cercanos”.
¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
Surgió porque la casa era una herencia que estaba sin repartir. Yo dije que quería la casa y accedieron a venderme todas las partes. Entonces, desde que la compré tenía esa idea de rehabilitar la casa familiar hacer una casa rural. Principalmente porque en Santibáñez de Béjar no había ninguna y creí que era bastante necesario, algo que le hacía falta al pueblo. Además, gracias a la pandemia sí que he podido llevar a cabo el proyecto, porque si no hubiese sido un poco complicado.
¿Qué significa para ti?
La casa pertenecía a mi abuela, la madre de mi madre. Por eso lleva el nombre de ‘Abuela Luci’, porque me recuerda mucho a ella y siempre tuve la espinita de que, en cuanto pudiese, compraba la casa. He podido mantener muchas cosas para que siga guardando su esencia. He restaurado todos los muebles y puertas que he podido, también hay una cocina bilbaína, que es la que estaba en la casa… Una singularidad de todo ello es que cada habitación se llama como una de las fincas de mis abuelos.
¿Qué buscabas con este proyecto?
Buscaba darle publicidad y vida a mi pueblo, porque me gusta bastante. Además, de cumplir mi sueño, he tratado de hacer las cosas bien, pensando en la gente y en su comodidad. Por eso he querido combinar la tradición y la esencia, con las paredes de piedra, los techos de madera, con la modernidad, por ejemplo instalando fibra óptica. También he adaptado la planta de abajo para personas de movilidad reducida, porque creo que también tienen derecho a poder disfrutar plenamente fuera de su hogar. Todo ello era algo que tenía claro desde el primer momento.
Algo curioso para terminar…
Aquí vienen sobre todo familias con niños, especialmente de Madrid y Extremadura. Pero también viene bastante gente de la que se fue del pueblo hace muchos años o cuyos familiares se fueron, que quieren volver un poco a sus orígenes, a sus antepasados y recordar sus años en el pueblo. Y esto es algo muy bonito.