Soledad Murillo, cansada de que el PSOE pierda en Salamanca

Soledad Murillo, precandidata a las elecciones primarias del PSOE para escoger aspirante bajo sus siglas a la Alcaldía de Salamanca, se mostró cansada este martes de que su formación pierda elección tras elección en la capital del Tormes desde hace ya 27 años. “No me quiero conformar, sino estar en primera línea”, manifestó Murillo durante su primera comparecencia pública desde que anunciara la pasada semana sus intenciones a través de redes sociales.

J.M.A. / Ical.- La exsecretaria de Estado de Igualdad, quien formara parte de hasta dos gobiernos socialistas diferentes, con José Luis Rodríguez Zapatero, en primer lugar, y con Pedro Sánchez, más recientemente, aseguró que “muchas personas” en el seno de su círculo social, incluyendo a gente de su partido, “no votaban en las municipales”, sumidas en “bastante desencanto”.

Frente a esa consideración, Soledad Murillo mostró su “ilusión” y sus “ganas”, presumiendo, específicamente, de la experiencia que le avala “dirigiendo equipos y distribuyendo fondos comunitarios”.

“Tenemos un proyecto socialista de ciudad y la única cuestión es quién lo va a encabezar. La democracia se expresará a través de la militancia”, refirió la precandidata, rehuyendo, desde el primer momento, cualquier tipo de confrontación con el otro candidato, el actual portavoz municipal, José Luis Mateos. “Yo me represento a mí misma. Me sorprende mucho las ideas que se han vertido sobre mí. Hace un año que me jubilé, he escrito un libro, he acabado un proyecto internacional y ahora lo que quiero es dedicarme a la ciudad, porque le debo mucho a Salamanca”, afirmó , recordando que está en la capital del Tormes desde 1992.

En este sentido, Murillo reconoció que la experiencia en el Ayuntamiento, donde ya ocupó un lugar como concejala en la bancada socialista encabezada por Enrique Cabero hace un par de legislaturas, a menudo ha resultado “decepcionante” desde el punto de vista del PSOE. “Hiciéramos lo que hiciéramos, por muchas mociones que presentáramos, era como darse contra un frontón”, describió. Por eso, ahondó en que su confrontación, a la postre, “no es con ningún compañero, sino con el PP de Salamanca”.

Otra idea que Murillo dejó sobre la mesa fue su intención de trabajar con grupos formados por personas “que conocen la ciudad” y con experiencia contrastada en sus respectivos sectores, “al margen de que sean o no del PSOE”. “Quiero hacer un trabajo serio con un equipo solvente y con muchas ganas de cambiar las cosas”, amplió, dejando claro que por el momento no se ha comunicado con nadie, ni ese grupo tiene nombres, al menos que se puedan revelar a estar alturas.

La precandidata explicó que los primeros en conocer sus intenciones fueron los miembros de su familia, que “se temían” que no se quedaría quieta, aunque la apoyan sin fisuras. Después, se lo comunicó al otro candidato y al partido, en último término. No obstante, no quiso darle demasiada importancia al hecho de gozar del soporte de las tres ejecutivas, provincial, autonómica y nacional. “Pues para gozar de tanta simpatía, nunca he tenido un cargo orgánico en el partido. Ni me lo han ofrecido, ni he luchado por ello. Lo de la simpatía será personal», respondió, manifestando sus sorpresa porque la identifiquen con el aparato. «Cuando me han llamado Jesús Caldera o Carmen Calvo ha sido por mi currículum. La primera vez no era ni del PSOE, y la segunda sabían que conocía la Administración y que podía distribuir fondos”, añadió.

Entre las cosas que le faltan a la ciudad y que ella espera poder aportar en caso de optar a la Alcaldía como candidata socialista y, más tarde, arrebatar tal vez el bastón del mando a los ‘populares’, Murillo señaló la coordinación entre sectores. “Tenemos varias ciudades que están muy separadas. Por un lado la de las universidades, la de los estudiantes, la de las empresas…”, enumeró, apelando a la unión para venderse “bien” en el exterior. “Estoy pensando en la ciudad de dentro de diez o 15 años. Esa que tiene que tener la fortaleza de haber lanzado sus méritos al exterior. Sé que el turismo es importante, por supuesto. Pero requerimos mayor coordinación con proyectos concretos de salida internacional para buscar redes de trabajo”, apuntó.

En todo momento, eso sí, Soledad Murillo, rehusó criticar a su rival, Mateos, o poner en duda su valía al frente del Grupo Municipal. “Llevamos perdiendo elecciones mucho tiempo, no solo con el anterior compañero. Es complicado ganar elecciones, pero yo quiero ganarlas. No quiero consolarme y quedarme inactiva. Quiero intentarlo todo, con un equipo solvente que conozca la ciudad. No quiero consolarme, quiero dar un paso adelante”, reiteró.

Así, negó que hubiera ningún tipo de guerra interna que pueda desembocar en que el PP, y el resto de partidos, acabe enfrentando a un partido debilitado cuando toque dirimir la Alcaldía. “Espero que no lleguemos divididos. Si alguien tiene que plantear algún problema con un compañero, yo lo haría directamente. Yo lo he hecho en la Moncloa. Cualquier división, hay que hablara claramente, pero que no me metan en medio. Yo soy de base y jamás he estado en ninguna reunión donde se toman decisión”, afirmó respecto a las discrepancias veladas entre la Ejecutivo provincial y su oponente en los comicios.