El Liceo ha acogido esta semana la presentación del libro “Suicidio salió del grupo”, un proyecto elaborado por una veintena de autores que nace con el propósito de concienciar a los ciudadanos de la importancia que tiene la salud mental.
El libro que, como ha explicado su editora, Sara Levesque, ya va por la tercera edición, tiene una temática esperanzadora e incluye una serie de testimonios reales que pretenden concienciar a la población acerca de este tema. En el acto también participaron Almudena Merino y Alberto Blanco, novelistas salmantinos, y Daniel Piniella y Ángel Arribas, novelistas madrileños.
Almudena Merino explica que “realmente el proyecto empezó porque creamos todos una asociación de escritores e ilustradores. Por eso somos 20 personas más un prologuista”.
Daniel Piniella, novelista de Madrid, apunta que el motivo por el cual han decidido escoger el suicidio como tema principal es porque “es algo de lo que nunca nadie ha hablado. De los grandes temas sociales era el gran tema tabú del que nadie se atrevía a hablar. Al final era el que más personas mataba, mucho más que la violencia de género o que el bullying y estaba silenciado”.
“Dentro del libro vais a encontrar diferentes historias y diferentes formas de afrontar este problema. Al final, todos hemos contado la historia desde nuestro punto de vista. Unos lo han vivido desde más cerca y otros desde más lejos. Pero todos al final tenemos que pasar por eso. Todos tenemos esa concepción y hemos tenido un acercamiento distinto”, asegura Piniella.
Añade que lo que quieren transmitir es “esa sensación de que es un problema que nos afecta a todos. Todos a lo largo de la vida vamos a pasar por esta fase. Tendremos que plantearnos si seguir adelante o no. Lo que hay que saber es que lo vas a pasar. Y vas a seguir adelante. No es un túnel que desemboca en algo negro, al final hay una luz. Siempre hay esperanza, sobre todo, que las personas entiendan que como hay una solución lo que hay que conocer es cómo se sale del problema”.
“Actualmente, no se le da la importancia que tiene. A raíz del caso de Verónica Forqué se le ha empezado a dar más relevancia, pero no se ha vuelto a hablar. No sale el tema, no está en los debates. No hay ningún programa ni nada que nos indique lo que hay que hacer en caso de que alguna persona cercana presente síntomas suicidas”, explica Piniella.
Otro de los novelistas, Ángel Arribas, comenzó su presentación con un testimonio en japonés haciendo ver al público que, al igual que ellos no le entendían, muchas veces las personas con pensamientos suicidas también se sentían incomprendidas.
“Empiezo siempre con este tipo de alegatos, porque cuando alguien está en una situación de depresión o ansiedad parece que no se le entiende. Ahí es cuando hay que poner todo de nuestra parte para ayudar a esa persona”, añade Arribas.
Recuerda que es la única muerte evitable que conocemos. “En el año 2020 se suicidaron 4.100 personas en España de las que 1.010 eran mujeres. Por violencia de género murieron 47 mujeres. Sin embargo, los presupuestos que se destinan de un caso a otro son diferentes. Porque dicen que hablar del suicidio promueve un efecto llamada o imitatorio”, añade Arribas.
Sobre el suicidio, Almudena Merino comenta que el objetivo con su testimonio “Mirada perdida en el tiempo” es tener la esperanza de salvar una sola vida. “Es una bocanada de esperanza con la que he intentado transmitir que sí se puede. Que con el cariño de nuestros seres queridos y la ayuda de profesionales y terapias se consigue salir adelante. No es un camino allanado y fácil, pero ¿Qué es fácil en esta vida?”, señala.
Alberto Blanco, novelista salmantino, ha recalcado la importancia que tiene escuchar a esas personas. “Es complicado, pero a veces las personas solo necesitamos que nos escuchen. Yo siempre aprendí de mis padres desde pequeño que tenemos una boca y dos orejas. Y si es así es precisamente para hablar menos y escuchar más. Muchas veces nos empeñamos en hablar y no escuchamos. Y muchas veces las personas que están en una situación complicada solo quieren que las escuchen. Porque también en esta sociedad que va a la carrera no hay tiempo para la escucha. Es lo triste de esta sociedad. No practicamos la escucha”, explica.