Cientos de personas con decenas de pancartas participaron en la manifestación contra la violencia de género celebrada en Salamanca este viernes 25N. Desde ancianos hasta niños, desde parejas hasta grupos de amigos, desde familias hasta personas que han ido solas, todos han querido sumarse a la marcha que recorrió las calles de centro de la ciudad.
En el transcurso del recorrido se repitieron cánticos como ‘Denuncia archivada mujer asesinada’, ‘Nos matan a una nos matan a todas’ o ‘Quien ama, ni humilla, ni maltrata’ cientos de personas recorrieron el centro de Salamanca.
Sarah Santaolalla, de la Asociación Feminista de Salamanca, reivindicó que este día contra la violencia de género servía para decir «basta ya que nuestras vidas no importen. Hay que salir a las calles para proteger la seguridad de las mujeres, desde las más pequeñas hasta las más mayores. La violencia de género no tiene edad, no tiene estatus social y no tiene lugar. En cada punto del mundo existen feminicidios y lo vemos día tras día en las noticias. Todos los días muere una mujer asesinada a manos de un hombre por el simple hecho de ser mujer”.
Sobre las soluciones que aportaría Santaolalla, explica que lo primero es que haya más implicación real por parte de las instituciones; más educación desde las aulas. Que no se escuchen mensajes de odio en las distintas tribunas y medios de comunicación. “Eliminar el negacionismo ante esta violencia de género y ante esta lacra social. Sobre todo, que se escuche a las mujeres, se trabaje con ellas y se luche por su seguridad», dijo.
Muchas mujeres no son conscientes de que están siendo víctimas de violencia de género. Ante esto, Sarah Santaolalla explica que “a veces es complicado cuando tu entorno no te cree, duda y no te ayudan o te escuchan. Si tú escuchas como tus padres o hermanos te dicen que eso no es para tanto, cómo te van a ayudar. Si no te atreves a contárselo a los más cercanos, cómo vas a ir a la institución a poner una denuncia o contar tu problema”.
De la misma forma, Nerea Rodríguez, una de las manifestantes cree que el fallo está en la falta de visibilización de este problema. “Hay que denunciar más a los opresores, no invisibilizar tanto a la mujer. Muchas veces estamos ante situaciones de violencia de género y no nos damos cuenta. Por ejemplo, si tu novio te dice: ‘no salgas con ella porque es lesbiana’. Te está prohibiendo hacer algo y no te das cuenta. Eso es violencia y poco a poco va aumentado”.
Naiara Borrego, por su parte, explica que la violencia de género está presente en muchos medios. “Hay muchos programas que no ayudan nada. Algunos como ‘La isla de las tentaciones’ no ayudan, sino que fomentan mucho la violencia y no nos damos cuenta”.
Las estudiantes de Integración Social, Naiara Borrego, Clara Rincón, Pilar Jiménez y Paula Fermoselle, aseguran que acudieron a la manifestación para defender los derechos de la mujer.
Asimismo, Pilar Jiménez asegura que “no deberíamos tener miedo a salir a la calle”.
Sobre la atención a las víctimas, Ilián Colino señala que es un problema que parte desde la educación. “Hay que educar desde el respeto para que estas cosas no sucedan tanto”.
Para Lucía Romero se están haciendo muchas cosas, “pero hace falta mucho más para que lleguen los cambios efectivos”.
Por su parte, Manuel Lameda comenta que “hay casos en los que el hombre manipula a la mujer. Ella no se da cuenta de que está siendo primero maltratada y, segundo, manipulada. Es la técnica de hacer luz de gas”.
Finalmente, Elena Urios reitera que sigue habiendo asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. “Esto demuestra que no mejoramos. Incluso, se ha visto que con la covid la situación empeoró. Tenemos que seguir luchando, saliendo a las calles y reivindicar nuestros derechos. No queremos ser asesinadas. Estamos luchando por las mujeres y niñas que hoy no tienen voz”.
La solución que ve Elena Urios está en erradicar el machismo, pero eso es difícil.
Vídeo de la manifestación contra la violencia de género en Salamanca, aquí.
En imágenes, manifestación contra la violencia de género en Salamanca, aquí.
