Hasta hace unos años, encontrar pareja era algo que prácticamente todas las personas hacían a lo largo de su vida. Sin embargo, en la actualidad cada vez es más difícil a pesar de todas las ventajas que existen, como las apps de citas o las redes sociales, algo que también ha llevado a uno de los principales motivos: cada vez se habla menos cara a cara, según informa El País.
El diario El País se ha hecho echo de esta cuestión y ha recogido los motivos que han llevado a la sociedad actual a esta situación. La directora de la agencia matrimonial ‘Tu pareja perfecta’, Montaña Vázquez explica que los que acuden a su agencia “es gente que ya lo ha intentado por otros medios y no lo ha conseguido, desertores de las apps de citas, por agotamiento o malas experiencias, personas que valoran su privacidad y no quieren estar expuestas en redes sociales o personas que no tienen tiempo”.
Además, Vázquez reconoce que uno de los principales obstáculos es el miedo a “mostrar su vulnerabilidad por miedo a que le rechacen, y sin eso no se pueden crear relaciones auténticas”. En esta misma línea se pronuncia el sexólogo Santiago Frago: “muy pocos quieren apuntarse al compromiso. Las relaciones son frágiles porque pocos están dispuestos a desnudarse emocionalmente y a la dedicación y constancia que esta tarea requiere”.
La ginecóloga y sexóloga Francisca Molero apunta a que “nos hemos vuelto cada vez más individualistas y los espacios comunes se han ido reduciendo. Antes los espacios se compartían más. Creo que en este sentido nos hemos cerrado bastante, impidiendo así que se produzcan nuevas conexiones”.
Asimismo, confiesa que “saberse objeto de atracción es muy erotizante. Si quieres algo o te gusta algo, muéstralo y pide lo que quieres con respeto. Es el primer paso de la seducción”. También afirma que “hay dos armas de seducción muy potentes, que son la seguridad sentida no fingida y el optimismo”, y lamenta que “los tiempos que corren no las favorecen”.
Por último, Frago india que actualmente “hay un miedo a que el otro se sienta invadido, molestado. Y, en el caso de los hombres, a cometer algún micromachismo, porque hay cosas que antes se toleraban y ahora no. Esto se potencia en las redes sociales, que dan lugar a muchos malentendidos”.