Opinión

La ciudad de las fuentes secas

Una fuente en el Camino del Río.

La ciudad de las fuentes secas.  Esas de beber, no a esas otras que llaman ‘ornamentales’

El otro día, dando una pequeña vuelta en bici me entraron ganas de beber agua. Estaba por la zona de Garrido y empecé a buscar una fuente. Encontré algunas, con tan mala suerte que ninguna tenía agua.
Seguí por la biblioteca Torrente Ballester y vi alguna más. También sin agua. Ya me movía más la curiosidad que la sed, y mientras salía de salamanca probaba (con resultados negativos) todas las fuentes que me encontraba.
Llegué al Helmántico con la intención de volver a la ciudad por el carril bici que llega al hiper Carrefour. Me sonaba que ese carril era «de lujo», con bancos, farolas, árboles y fuentes.
Sí, fuentes había, y además con 2 grifos, para humanos y para perros. Y, sí, han acertado, amables lectores, no había ni una miserable gota ni para unos ni para otros. En total, 11 fuentes: todas sin agua.
Sí, seguro que hay alguna un poco más al centro que funciona, ¡juraría que he bebido alguna vez!. Pero en el centro no, no siendo que se haga demasiada competencia a la hostelería. La cosa no deja de ser un escándalo.
¿Posibles motivos? No quiero alargarme, pero la cosa parece clara: poner fuentes mueve dinero, dinero que va a las empresas «urbanizadoras». Arreglar fuentes o mantenerlas mueve mucho menos dinero y encima vende poco en esta campaña de márketing permanente.
La solución, quizá, fundando una «empresa salmantina de mantenimiento de fuentes» que cobrará por cada arreglo …Pero en fin, está claro que eso de arreglar las cosas, públicas o privadas ya no es negocio. ¿O no?
Y así estamos.
Por. Miguel Rodríguez Méndez

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