Castilla y León es la comunidad con más poblaciones afectadas por la contaminación de su agua potable por nitratos, con 63 municipios en esta situación, según los datos de Ecologistas en Acción. En Salamanca son siete los pueblos que están contaminados: Aldeaseca de la Frontera, Arabayona de Mógica, Arecediano, Cantalpino, Matilla de los Caños del Río, Villoría y Villoruela.
De esta forma, en al menos 197 municipios españoles, que suman más de un millón de habitantes, el agua de abastecimiento contiene unos niveles de nitratos iguales o superiores a 50 miligramos por litro, lo que provoca que no sea apta para el consumo humano, de acuerdo con lo indicado por la Organización Mundial de la Salud y por la normativa vigente.
Según el informe ‘Estudio del contenido en nitratos de las aguas de consumo humano’, elaborado por la organización ecologista y referido al año 2021, esta situación de contaminación afecta especialmente a Ávila y Soria, con 13 municipios en ambas provincias, seguida de Valladolid con once y Segovia, con nueve. También destacan Salamanca con siete; y en último lugar, Burgos y Palencia, con tres y León y Zamora, con dos cada una.
Los municipios de mayor tamaño en esta situación son Almazán (Soria), que supera los 5.400 habitantes, con dos superaciones y un valor máximo de 74,1 miligramos por litro, seguido por Cantalejo (Segovia), con 3.500 habitantes, nueve superaciones y un valor máximo de 77,9 miligramos. También destacan Moralejo del Vino (Zamora), Valdestilla (Valladolid), Villoria (Salamanca) y Santa Elena de Jamuz (León).
En el caso de la provincia abulense los municipios con el agua contaminada por nitratos, según Ecologistas, son: Las Berlanas, Bernuy-Zapardiel, Berrocalejo de Aragona, El Bohodón, Cabezas de Alambre, Constanzana, Donjimeno, Mamblas, Mediana de Voltoya, Mingorría, Pedro-Rodríguez, San Vicente de Arévalo y Tiñosillos. En Burgos las poblaciones son Los Barrios de Bureba, Nebreda y Valle de Tobalina, el de mayor población con 901 habitantes; en León, San Cristóbal de la Polantera y Santa Elena de Jamuz, y en Palencia, Bustillo de la Vega, Valbuena de Pisuerga, Villaconancio.
Respecto los municipios de Salamanca, cuya agua presenta nitratos son Aldeaseca de la Frontera, Arabayona de Mógica, Arecediano, Cantalpino, Matilla de los Caños del Río, Villoría y Villoruela; en Segovia, Ayllón, Bercial, Cantalejo, Ituero y Lama, Lastras de Cuéllar, Lastras del Pozo, Ortigosa de Pestaño, Sangarcía y Tabanera La Luenga; en Soria: Alconaba, Alentisque, Almazán, Bliecos, Caltojar, Cañamaque, Fuentecambrón, Fuentepinilla, Miño de Medinaceli, Momblona, Renieblas, Tejado y Viana de Duero; en Valladolid, Adalia, Casasola de Arión, Castrodeza, Castromonte, Ciguñuela, Langayo, Pedrosa del Rey, San Salvador, Torrecilla de la Abadesa, Valdestilla y Wamba, y en Zamora, Cuelgamures y Moraleja del Vino.
Ecologistas en Acción apunta que pueden ser más los pueblos y ciudades que reciben a través del grifo agua contaminada, dado que no se disponen de mediciones periódicas de la totalidad de municipios. Para la organización ecologista este hecho es “especialmente grave”, pues con la contaminación de las aguas de abastecimiento, además de poner en riesgo la salud de las personas, se está conculcando a más de un millón de personas el derecho humano al agua potable y el saneamiento, establecido como tal por Naciones Unidas en 2010.
En su opinión, esta contaminación de las aguas tiene su origen en la proliferación de macrogranjas intensivas y al uso masivo de abonos nitrogenados en la agricultura, especialmente en el regadío, que «además no para de crecer, de manera legal e ilegal”. Se trata de una contaminación especialmente grave, ya que en las aguas subterráneas pasa a ser prácticamente irreversible.
Por todo ello, Ecologistas en Acción ha solicitado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que, como responsables de la gestión del agua en España, adopten las medidas necesarias para corregir la actual situación, que pasan necesariamente por frenar la implantación de nuevas explotaciones ganaderas intensivas, así como la expansión del regadío, limitando también el uso de abonos nitrogenados en los regadíos existentes.
La organización ecologista señala que se trata de un problema ambiental y social muy importante, por lo que tiene previsto para 2023 medir el nivel de nitratos en las aguas de numerosos municipios de todo el Estado español, con la idea de denunciar ante las administraciones responsables, la Fiscalía y la opinión pública aquellos casos en los que se superen los niveles de nitratos permitidos.