Salamanca otorgó este jueves su medalla de oro al Casino y a la Hermandad de Donantes de Sangre por ser “fuente de inspiración” para la ciudad.
J.M.A. / Ical.- Así lo manifestó el alcalde, Carlos García Carbayo, quien se encargó de imponer las insignias a Pedro Méndez y Fernando Barbero, en representación de ambas instituciones, como ejemplo de “el esfuerzo, la constancia, la iniciativa, la solidaridad, la colaboración y el amor a Salamanca” que, según enumeró, profesan ambas entidades, durante un acto institucional conducido por el periodista de La 8 de Salamanca, Paco Gómez, en el Teatro Liceo de la ciudad.
El regidor, encargado de clausurar los parlamentos, destacó que Salamanca es una «ciudad universal, espejo donde mirarse en multitud de ámbitos, desde el educativo, al sanitario, cultural, patrimonial o medioambiental”, como la Hermandad de Donantes de Sangre y el Casino de Salamanca, entidades que definió como “la cara visible de todos esos salmantinos que día a día demuestran la pasta de la que estamos hechos en esta tierra”.
Las instituciones premiadas, según Carbayo, “reflejan muy bien el carácter de los salmantinos, siempre creativos y dispuestos a convertir las dificultades y los obstáculos en nuevas oportunidades”.
Sobre la Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca, el alcalde recordó que fue la primera que se constituyó en Castilla y León y la segunda de toda España, después de la de Zaragoza. “Por pocos meses de diferencia no ganamos”, bromeó.
“Abrieron una senda basada en la generosidad y el altruismo que extendieron sin detenerse. Empezaron siendo 300 espartanos y a día de hoy, más de 65.000 salmantinos han sido alguna vez donantes.
Si consiguieron 405 donaciones el primer año, ahora superan las 13.000 anuales”, cifró el alcalde, subrayando que ese crecimiento exponencial “expresa la capacidad de la Hermandad para concienciar a la sociedad de la necesidad de hacer donaciones, y para seguir sumando nuevos donantes, que desde su anonimato sostienen nuestro latido”.
Por otra parte, el regidor charro reconoció que de valores ciudadanos “sabe mucho” el Casino de Salamanca, que “en sus 164 años de trayectoria ha contribuido a difundirlos y potenciarlos, dando visibilidad a la grandeza de ser salmantinos”.
Más de siglo y medio de andadura es “algo de lo que pocos pueden presumir”. García Carbayo manifestó que el Casino nació para «dar respuesta a una sociedad que buscaba reunirse, debatir, contrastar y confraternizar en un momento de cambio histórico” y ensalzó que, con su carácter “cívico, plural y apartidista”, es ahora centro de tertulias, presentaciones de libros, conciertos, encuentros y debates “de todo signo”. “El Casino de Salamanca es una red social en sí mismo”, matizó en su intervención.
Los homenajeados
Tras recibir la medalla de oro de manos del primer edil salmantino, el presidente del Casino, Pedro Méndez, quien accedió recientemente al cargo, repasó la historia y los avatares del club social. ”Las reuniones y tertulias en salones, cafés o en domicilios particulares, no son suficientes para llenar el vacío que demanda el ocio, ya que la sociedad busca lugares donde poder reunirse y compartir el tiempo libre para intercambiar ideas, hacer amistades y unir intereses”, explicó sobre las motivaciones que impulsaron su nacimiento.
Así, diferenció entre los ateneos, como “foco de ilustración y debates políticos”, los liceos como “foros de las artes”, y los casinos como “foros de recreo social”. Méndez comentó durante su discurso que mira “con optimismo” el futuro del Casino y auguró que seguirá siendo, como desde su punto de vista lo es ahora, “el referente cultural de Salamanca”.
De cara a los próximos años, señaló varias “asignaturas pendientes” entre las que destacó “las incorporaciones noveles, los cursos de ajedrez y la de billar para jóvenes”.
Por su parte, el presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca, Fernando Barbero, incidió en el exponencial crecimiento de la asociación desde su origen, con poco más de 400 extracciones, de no más de 300 donantes, hasta actualmente, cuando la Hermandad ya tiene registradas a 65.000 personas que alguna vez en su vida han donado su sangre.
“Y lo han hecho sin esperar ni recibir algo a cambio, tan solo por la satisfacción de que alguien recupere su salud. Esa fue la principal razón por la que el primer donante se sentó en una silla y puso su brazo a disposición del personal de la Hermandad”, subrayó.
Barbero insistió en que “nueve de cada diez” personas necesitarán sangre o sus derivados alguna vez en la vida, y “no se puede fabricar”.
Además, se estima que, con cada donación de sangre, tres personas salvan su vida o recuperan su salud. “Y los números no fallan. Más de medio millón de donaciones han realizado los salmantinos y salmantinas en estos casi 60 años, con las que millón y medio de personas han recuperado su salud o han salvado su vida”, cifró el presidente de la Hermandad, haciendo extensible el reconocimiento “a toda la ciudad y la provincia”.
“Allí donde alguien necesite sangre, siempre habrá un donante, porque donar sangre no duele. Necesitarla sí, y mucho, y de eso, algo entendemos”, concluyó.