La Audiencia Provincial de Salamanca impuso 36 años de prisión al hombre condenado por un jurado popular por disparar y matar a un hombre y herir de gravedad a una mujer en el barrio Garrido de Salamanca. El juez asumió las penas solicitadas por el Ministerio Fiscal y le sancionó con 22 años por un asesinato con alevosía consumado, 12 más por otro en grado de tentativa y otros dos por el delito de tenencia ilícita de armas.
Poco más de un mes de que se celebraran, a mediados de noviembre, los cuatro días de vista oral en la Audiencia Provincial, el juez emitió este miércoles una sentencia, a la que tuvo acceso Ical, fundamentada en 88 páginas. Los miembros del jurado popular ya consideraron en su día a E.D.Y. responsable de sendos delitos de asesinato, uno de ellos en grado de tentativa, y el de tenencia ilícita de armas.
La vista oral sirvió para escuchar los testimonios del condenado, así como de la superviviente, testigos y forenses hasta que el jurado popular emitió su veredicto. La acusación particular elevaba su petición por encima de los 41 años de cárcel.
E.D.Y. mató a un varón de 51 años e hirió a una mujer de 53, tras abrir fuego contra ellos la madrugada del 28 de agosto de 2021 en la calle Isaac Peral de la capital del Tormes, mientras caminaban juntos. El asesino es un exvigilante de seguridad con afición por las armas de fuego y disparó a sus víctimas tras mantener con ellos una discusión banal en la terraza de un local de hostelería cercano.
Durante el juicio pidió perdón a las víctimas y puso a su disposición todo el patrimonio de su propiedad con intención de resarcir su culpa. “Alguien en su sano juicio no haría eso a unas personas que no conocía y que no le habían hecho nada», declaró en su turno de última palabra. La estrategia de la defensa se basó en la supuesta alteración de su estado mental cuando cometió los hechos.
El asesinato
La madrugada del 28 de agosto, José María y Belén, las víctimas, en compañía de otra mujer, se encontraban tomando algo en la terraza de un establecimiento de hostelería en el salmantino barrio de Garrido.
Un individuo se acercó al grupo de tres tratando de entablar una conversación con ellos, especialmente con los dos mujeres y, sobre todo, con Belén, la mujer que acabó gravemente herida y que arrastra secuelas irreversibles.
Según consideró probado el jurado, la reacción del grupo fue rechazar ese encuentro verbal, aunque, a pesar de mostrar su postura, el individuo hizo caso omiso y se atrevió a invitarlas a una copa que acercó hasta la mesa. Ante la insistencia del sujeto, se produjo una disputa verbal sin ningún tipo de violencia.
A continuación, se levantaron y se fueron en dirección a la casa de la segunda mujer, a quien acompañaron hasta dejarla en su domicilio y, ya estando solos, José María continúo con Belén para dejarla en su casa en segundo lugar.
Mientras el grupo se levantó, el sujeto con el que habían tenido el roce se quedó sentado en la terraza, pero al poco tiempo se levantó y empezó a caminar en la dirección por la que se habían marchado los tres. Les siguió a cierta distancia y asistió de lejos al momento en el que dejaban a la tercera persona.
Una vez se hubieron quedado solas las dos víctimas y se estaban acercando a la casa de Belén, el asesino sacó una pistola y disparó por la espalda, primero a él y después a ella. Cuando ya estaban en el suelo, volvió a accionar el arma de fuego con intención de rematarlos. Luego, se retiró tranquilamente del lugar.