La Policía Nacional de Valladolid detuvo a un hombre al que se le imputan los delitos de detención ilegal, robo con violencia y estafa cometidos sobre una trabajadora de una inmobiliaria a la que amordazó, aprovechando que esta se encontraba enseñándole un piso de alquiler, y después robarle la tarjeta de crédito para luego retirar 600 euros de un cajero automático. Además, se le imputan los delitos de atentado a agente de la autoridad, daños y quebrantamiento de condena al no haberse reincorporado a la prisión de Topas en Salamanca después de un permiso penitenciario.
ICAL. Una mujer acudió la tarde del pasado martes a dependencias policiales que denunciaba haber sido víctima de una detención ilegal y un robo entre otros delitos. Explicó, que, a primera hora de la mañana, un varón acudió a una inmobiliaria del centro de la ciudad refiriendo que necesitaba una vivienda de alquiler, concertando una visita a un inmueble horas más tarde.
A la hora acordada, ambos accedieron a la casa discurriendo la visita con total normalidad hasta que llegaron al último dormitorio, momento en el que el varón se lanzó contra ella agarrándole por detrás el cuello, forcejeando la mujer ante la dificultad para respirar. El arrestado la arrojó contra la cama, cayendo la mujer al suelo golpeándose la cara, donde el agresor siguió agarrándola, indicándole que hiciera todo lo que él la mandaba.
Posteriormente el individuo amordazó y maniató a la víctima con cinta americana. Una vez inmovilizada, el agresor registró las pertenencias de la mujer llevándose el teléfono móvil de la empresa, una tarjeta de crédito de la víctima y el dinero en efectivo que portaba, solicitando bajo amenaza el número PIN de la tarjeta, lo que la mujer presa del pánico le dio.
El varón se marchó dejando atada a la mujer en la vivienda. Cuando el individuo regresó dio a entender a la denunciante que ya había sacado el dinero con la tarjeta (600 euros) y comenzó a amenazarle: “Ya está hecho, no denuncies a la policía ni al banco, vuelve a tu trabajo con normalidad y no se lo cuentes a nadie. Sé dónde vives tú y tu familia y voy a controlarte… No des de baja la tarjeta ni la denuncies en unos días”.
Una vez fue liberada la mujer volvió a su lugar de trabajo donde su jefa, observando el estado de la mujer, la llevó al centro de salud -donde le diagnosticaron un politraumatismo– y posteriormente a interponer la denuncia. Una vez en dependencias policiales los agentes con la ayuda de la víctima consiguieron identificar al agresor.
Funcionarios de Policía Nacional iniciaron un dispositivo de búsqueda del individuo identificado al que localizaron a 20 metros de la vivienda donde se habían producido los hechos esa misma mañana. El varón portaba bolsas con comida y bebida con la clara intención de quedarse a pernoctar en la citada vivienda. En el momento de la detención, el sujeto comenzó a exaltarse y forcejear con los policías, prestando gran resistencia y violencia. En el cacheo que se le realizó se le intervinieron entre otros efectos un juego de llaves por lo que los agentes acudieron al domicilio de la inmobiliaria para comprobar que si estas correspondían con ese inmueble siendo efectivamente así, observando como en una de las habitaciones estaba la bolsa con las pertenencias del detenido.
Durante el traslado del arrestado hasta dependencias policiales y una vez en ellas, su actitud fue constantemente desafiante, llegó a escupir a los agentes y golpeó el coche policial causando daños en su interior. Tras pasar a disposición de la autoridad judicial, se ha determinado su reingreso en prisión.