Desde marzo de 2022 se han realizado los trabajos de restauración del retablo de la Virgen del Rosario de la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, de La Alberca (Salamanca). La intervención ha contado con la cofinanciación de la Junta de Castilla y León y Fondo Feder y responde a los acuerdos de programación con la Diócesis de Salamanca.
El conjunto del retablo se encontraba en un deficiente estado de conservación. Estructuralmente los problemas de vencimientos y desplomes en su arquitectura eran muy graves, afectando a la estabilidad de la obra completa.
Presentaba un aspecto intervenido mediante reajustes de distinta índole y época, con diferentes elementos de sujeción como alambres y puntas para evitar su inestabilidad arquitectónica y disimular las pérdidas y faltas de elementos. El ataque de insectos xilófagos era importante. La policromía del retablo mostraba levantamientos, pérdidas y desgastes.
La intervención ha solucionado los desajustes y problemas de anclaje, corregido las deformaciones y refuerzos en las uniones de las diferentes piezas, para unificar esfuerzos, así como recuperar la imagen de la policromía, espejos y dorados, además de aplicar un tratamiento a la madera para su consolidación y protección frente al ataque de insectos xilófagos.
Ubicada en la localidad salmantina de La Alberca, se edifica entre los años 1730 y 1731, a cargo de Manuel Larra Churriguera, arquitecto y ensamblador, primer hijo de José de Larra y Mariana Churriguera. Por tanto, los principales trabajos de amueblamiento se encuadran en el segundo tercio y segunda mitad del S. XVIII.
El retablo, en su conjunto, se enmarca en la tipología de los retablos dieciochescos rococós, herederos de las fórmulas churriguerescas que tanto éxito cosecharan, en España en general y en Salamanca en particular. En línea con la tipología propia del siglo XVIII, se presentan pocos santos y de manera individual.
El hecho de que el retablo se dedique a la Virgen del Rosario y la presencia de Santo Domingo en el ático, en lugar preferente, se explican por la cercanía de la Alberca al Santuario mariano de la Peña de Francia, convento regido por la Orden de los Dominicos. La influencia dominica en toda la comarca es inapelable. En este retablo esa influencia es evidente: fue la orden responsable de la expansión del rezo del rosario en toda la cristiandad y su fundador preside la parte alta.
Se sitúa en la cabecera de una capilla construida de manera anexa a la planta primitiva, perpendicular al sentido de la nave del evangelio. Se adapta al espacio del muro del testero, ocupándolo por completo y adaptando su remate semicircular a la forma de la bóveda.
A pesar de la decoración plenamente barroca/ rococó del retablo, presenta una gran claridad organizativa, estructura en un cuerpo único dividido en tres calles, banco y ático.
El banco acoge en su parte central la puerta del sagrario y se conforma a base de paneles decorativos con labores de talla vegetal enmarcados por pilastras.
El cuerpo se divide en tres calles por medio de cuatro columnas, de las cuales destacan las centrales, con la parte inferior de su fuste conformado por estípite tronco piramidal invertido. La hornacina central se decora mediante tres filas de casetones cuyos fondos son espejos, al igual que las hornacinas laterales y del ático, que también están rodeadas por una fila única de espejos.