Alrededor de medio centenar de tenebroneses participaron en la I carrera de San Silvestre de Tenebrón.
Desde bebés en carritos hasta abuelas de 85 años, palo en mano, no se quisieron perder esta caminata por los bellos parajes de este pueblo, donde el agua corre por doquier, los prados están de un verde intenso y el mugir de las vacas acompaña a los andariegos.
Es una bonita forma de despedir el año, caminando todos juntos, riéndose y compartiendo anécdotas de cuando cogían patatas, en aquel Tenebrón que era conocido como el pueblo patatero, porque los caminantes también pasaron por donde se sembraba este tubérculo.
Después del ejercicio, nada mejor que compartir un chocolate calentito, para reponer fuerzas y estar en plena forma para disfrutar de la Nochevieja.
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