¡Que repiquen las campanas!

El tañer de la campana es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la Unesco
Repique Campanas

«Ya era hora». Así de contundente se muestra Agustín García, tamborilerio, ante el hecho de que el toque manual de las campanas español es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la Unesco

De la misma opinión es Francisco Blanco, hasta hace unos días, director del Instituto de las Identidades de Salamanca, hoy felizmente jubilado. «Me parece de derecho. Porque es uno de esos bienes que tenemos, que quizá no hemos sabido apreciar en lo que vale. Aquellos que somos de pueblo, entendemos que el paisaje sonoro de las campanas es algo que forma parte de nuestras vidas. Es un acto de verdadera justicia el hecho de que se haya reconocido el toque manual de las campanas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad».

Salamanca es una de las provincias que tienen y ha tenido, «digo en pretérito perfecto, porque hasta no hace mucho, eran bastantes los campaneros que conocían tantos toques de campanas diferentes y hoy ya queda reducido a la mínima expresión», puntualiza Francisco Blanco.

Es un problema la desaparición de los toques de campanas porque por una parte hace falta que las personas que escuchan las campanas, conozca los códigos, para desentrañar el significado de esos toques de campanas. «Y, necesitamos que haya personas que puedan ejecutar esos toques».

Paisaje sonoro de la comarca de Ciudad Rodrigo, de Antoni Ruiz consiguió una de las becas Ángel Carril que concede la Diputación de Salamanca. Este trabajo es magnifico porque se recogen los sonidos de las campanas, hace un inventario de la comarca, de los toques específicos que aún se conservan, y de los relojes públicos. Se incluye en el libro grabaciones en vídeo de los toques de esas campanas.

«El Instituto de las Identidades de Salamanca siempre le ha dado mucha importancia  a este tema. Hay paisajes que entran por los oídos. Hay muchos perfiles de las identidades de nuestra tierra. Celebro profundamente, porque a nosotros nos afecta por la aportación que hemos hecho a este reconocimiento. Hay algunos muy curiosos que van más allá de los toques religiosos y que van asociados a nuestra tradición», puntualiza Blanco.

Es y fue todo un lenguaje sonoro, dando certidumbre y comunicando todos los acontecimientos locales. «Aún recuero varios toques diferentes que hacíamos en El Cabaco. Repique de boda, de bautizo, de funeral, de hombre, de mujer, de niño o niña, de fuego, de arrebato, del concejo, de fiesta, de víspera, de bienvenida, de rezar el rosario… «, relata García, quién explica que fue monaguillo.

«Excepto Jueves Santo y Viernes Santo, que salíamos a tocar por las calles, las carrascas y matracas, o en las tinieblas del Viernes Santo», matiza García.

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