[dropcap]L[/dropcap]a antigua Casa de Socorro, en la Plaza de Gabriel y Galán, se restauró en 1981 y se convirtió en la primera Casa de Cultura de Salamanca. En 1983 se instaló en el palacete la Biblioteca Municipal. En su planta baja se instalaron una sala de lectura, un área infantil, el depósito de libros y un laboratorio fotográfico. La primera planta se dedicó a aulas y a salón de actos.
La restauración del Palacio del Obispo fue encargada a Antonio Fernández Alba. Se vació el edificio y así quedó durante mucho tiempo al bloquearse su construcción por parte del obispado de Salamanca. Faltaba la aprobación de la Dirección General de Bellas Artes del acuerdo firmado entre el Ayuntamiento y el prelado, y tardó en llegar.
En agosto de 1983 la DGBA aprobó, por fin, el proyecto de viviendas de Emilio Sánchez Gil en parte de los jardines de la residencia del prelado, y el de Antonio Fernández Alba para la rehabilitación del Palacio del Obispo.
La remodelación costó 116 millones de pesetas de los que la Diputación Provincial aportó una subvención de 15 millones. La cesión por parte del obispado se hizo por un periodo de 30 años, prorrogables siempre que se cumplieran los fines culturales que motivaron la cesión.
En el convenio firmado por mí y el obispo Mauro se citaba explícitamente que se respetaría el refugio antiaéreo que las familias de Franco y Serrano Súñer ordenaron construir en el jardín del Palacio Episcopal.
En abril de 1982 el Ayuntamiento aprobó el proyecto definitivo de Fernández Alba para dos archivos, Municipal y Diocesano, y dos museos, de la Ciudad y Diocesano. Se realizaron nuevos forjados, que no se apoyan en los muros para evitarles carga.
El nuevo edificio conserva solamente del viejo el aspecto externo, y cuenta con una sala para exposiciones temporales. La planta baja estaba destinada a Museo Diocesano, la primera a Museo de la Ciudad y la segunda planta a los archivos. Fernando Bueno dirigió la obra de remodelación.
Carmen García Rosado, concejala de Cultura, creó un Consejo para dirigir el Museo de la Ciudad en su nueva ubicación. En él estaban representados el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta de Castilla y León, el Obispado y la Universidad de Salamanca.
Para su inauguración se trasladaron los fondos de la Torre del Clavero, unos cabezudos del siglo XVII, piezas arqueológicas de la Casa de la Moneda, otras del Cerro de San Vicente, y objetos hallados en los yacimientos aparecidos en Las Mazas, San Polo y Silencio. También se expuso una maqueta de la ciudad de 1858. La que sería directora del Museo de la Ciudad, María José Frades, participó activamente en todas estas adquisiciones.