Opinión

Más que publicidad

Acostumbro a visitar las exposiciones que nos ofrecen las salas y centros de arte salmantinos. Suelo aprovechar el paseo matinal del domingo para acercarme a La Salina, al DA2, al Museo de Salamanca, Patio de Escuelas menores, etc…

Habitualmente comparto con una amiga el tiempo y el silencio ante las obras expuestas y al terminar la visita, en el camino de vuelta a casa, conversamos exponiendo diferentes puntos de vista, acordando volver a aquella exposición que más nos ha interesado.

Volver dejando el tiempo necesario para reencontrarnos con aquello que nos cautivó, y disfrutar el reencuentro con la información que no tuvimos la primera vez, abriendo un nuevo espacio de interpretación para descubrir nuevas emociones.

Relacionamos el arte con estos espacios que crean un concepto a partir de la obra para explicarnos el porqué de lo que estamos observando. Sin embargo, no vinculamos con el arte los reclamos publicitarios que encontramos a nuestra disposición en las rutas habituales por la ciudad.

Es obvio que el interés de las marcas está en destacar su producto con potentes diseños que seduzcan la mirada. Pero, en el caso de Loewe, sus campañas publicitarias sobrepasan la razón comercial para alcanzar el rango de obra de arte.

Las muestras de arte fotográfico que nos regala la firma española en cualquier rincón de nuestros barrios, son un lujo al nivel de cualquiera de sus productos. Dicen que si no entiendes un anuncio es que no está hecho para ti. En este caso, siempre está hecho para ti, para el deleite de la mirada.

Posiblemente, una de las campañas más recordada sea la interpretación que hizo Arno Rafael Minkkinen en 2019 combinando a la perfección el desnudo humano con un archivo fotográfico de Karl Blossfeldt, realizado en 1928 sobre fotografía botánica, creando un puente emocional de casi 100 años de distancia.

También recuerdo la campaña de 2017 con los maravillosos bodegones florales fotografiados por Steven Meisel o la Campaña “Solo”, que consiguió ser la fragancia más vendida de la marca, convirtiendo al modelo Paolo Henriques en un icono de la marca.

La última campaña Loewe es del fotógrafo Tyler Mitchell, que pasó a la historia de la fotografía entre otros motivos por ser el primer fotógrafo negro en hacer una portada para la revista Vogue, con un retrato de Beyoncé.

Algunas campañas de Loewe hacen indispensable una parada en la marquesina del autobús urbano, aunque no tengas previsto ningún destino, si quieres vivir el ‘momento museo’ de un día cualquiera.

El Blog de Pablo de la Peña, aquí.

Instagram Pablo de la Peña.

 

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