Yoga entre viñas portuguesas suena fenomenal ¿verdad? Seguro que con este titular has sentido atracción por leer cómo es eso tan guay. Hoy lo vemos en nuestra columna de yoga semanal.
Hace poco estuve en un lugar precioso entre viñas lusitanas y por supuesto conmigo iban mi esterilla y enseres yoguis. Entre mis, como dicen en los aeropuertos o también Kiko Veneno en su canción, personal belongings siempre encontrarás útiles para mi práctica. Y en ese lugar tan divino había calma, el reloj se hizo invisible y los ojos se llenaron de belleza, también todos los sentidos se nutrieron de esas sensaciones agradables.
El caso es que disfrutar allí de mi práctica de yoga estuvo genial y ¿a quién no le va genial en estos lugares del tiempo y espacio con su práctica? Es la poesía de practicar yoga en lugares bellos donde el sonido más alto puedes escuchar es el de los pájaros, todo idílico. Peeero… además de esa poesía del yoga, está la prosa, como todo en la vida. Y de lo que más hay en la vida es prosa acompañado de momentos de vibrante poesía.
Con toda esta reflexión lo que quiero compartiros es que no podemos buscar siempre los fuegos artificiales en nuestra esterilla. Te pasará lo mismo con tu familia, tu trabajo, tu pareja,… Son importantes por supuesto, pero también lo es el día a día, ese “regar la planta cada vez que sea necesario”.
Pues con la práctica de yoga ocurre lo mismo, es muy importante ese día a día, esa constancia, ese tan importante vairagya que aparece en los Yogasutras de Patanjali.
Cualidades del yoga idílico:
- El lugar donde abres tu mat es paradisíaco.
- No se oye un ruido, sólo la suave brisa del mar calmado.
- Tu ropa es la más de moda en este momento.
- Tu cuerpo es pura magia.
- Tu cabeza está únicamente en este momento de película.
Todo esto a veces es distinto, es, Yoga cotidiano:
- Estás en tu pequeña habitación haciendo tetris.
- Tu vecino está viendo la final del mundial de fútbol.
- Te pusiste los leggings que ya están viejillos.
- Hoy tu cuerpo pide aceite antioxidante.
- Tienes un ligero dolor de cabeza que está ahí presente.
Amar la prosa igual que la poesía para mí ha sido de gran ayuda en mi vida yogui y la no yogui. Lo importante es valorar el poder practicar, el sentir las ganas, y el querer practicar aunque ni yo ni mi práctica seamos perfectas. Extiendo mi esterilla y practico. En Yoga Ganesha encontramos esa práctica día a día. Todos los ganeshis que aquí habitamos sabemos que hay días geniales y otros prosaicos. Siempre yoga cotidiano. Siempre con una intención más allá del yoga físico, el yoga es mucho más.
Con esto y con una gran sensación de invierno, te deseo que tengas un buen día y cuides tu energía, en la prosa y en la poesía.
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