En unos días se celebrará el día internacional de la No-violencia y la Paz. Resulta irónico una celebración de tal calibre ante un aumento de violencias de todo tipo y una paz cuestionada por lo que se llama conflicto en una guerra de poderes
Un día en el que la célebre paloma blanca que representa la paz volverá a hacer su aparición para pedir precisamente eso, en un mundo envuelto en violencia, guerra, maltrato y mucha hipocresía. Demasiada quizás diría yo.
Si ya de por sí, vivir resulta difícil, hacerlo agarrados a una caja de ansiolíticos en el país que, según leía hace unos días, ostenta el récord de tener el primer puesto en consumo de estos a nivel mundial produce escalofríos.
Al hilo de ese artículo, podemos preguntar qué pasa para que este tipo de medicamento acabe rulando entre adolescentes, en ocasiones, en un mercado negro, como quien compra tiritas para cubrir un rasguño, solventado por la necesidad de olvidar sus propios problemas o lo que sucede en casa y centros educativos.
Jugarse la propia vida sin control, en ocasiones, sin saber los riesgos que corren o buscando en internet las pastillas necesarias para olvidar sin acabar en un hospital o en cementerio. O lo contrario, como un adolescente me decía hace muy poco, tratando de justificar un gesto autolítico que afortunadamente fracasó.
Olvidar… como si realmente se pudiera… como si fuera fácil… como si no se intentara…
Unos minutos en los que la evasión y vivir al límite pone en el disparadero a adolescentes que en ocasiones acaban desarrollando adicción a pastillas si no las trata a tiempo. Una adicción entre las muchas que lamentablemente vemos cuando ya es tarde.
Buscar esa paz es necesaria a cualquier edad, en cualquier país y en todos los ámbitos. El gran problema es que estamos viviendo en un eterno conflicto en el que la cabeza en ocasiones no responde a la realidad y magnitud de los problemas.
La violencia es difícil de erradicar y más cuando pertenece al propio ser humano, pero no es imposible de minimizar, cuando hay medios, información, interés, transparencia y ganas.
Cuando en lugares en los que se vota se dejen de lanzar descalificaciones que no aportan y verdaderamente no importan a los ciudadanos de a pie y empiecen a poner soluciones a la violencia que existe en las casas, calles, colegios y en otros lugares, quizás veamos a esa paloma blanca que representa esa paz volar con fuerza y representar a quienes la vulnerabilidad de sus situaciones hace que sus derechos humanos dejen de serlo y se conviertan en una manera de sobrevivir y de malvivir ante conductas violentas, vergonzosas e indignantes que se normalizan y se banalizan con la alegría de quienes bailan al son de la canción de moda sabiendo que mañana será otro día.
1 comentario en «Violencia y paz»
Seguimos día por día trabajando por erradicar las violencias pues mientras existan, no habrá paz; la violencia es una espiral y la sufren las personas y pueblos más vulnerables. El consumo de pastillas quizá tranquilice al momento pero como dices, a largo plazo nos hace dependientes y hasta puede contribuir a que haya más violencia. El sistema sanitario ha de cambiar pastillas por atención psicológica y las personas adultas hemos de abrir los ojos y no mirar hacia otro lado ante situaciones que sufre la gente chica que es nuestro futuro. Estamos con vuestra causa!!