Una mujer ha muerto en Estados Unidos después de haber estado metida en una bolsa de cadáveres, en la que no podía respirar. En la residencia fue declarada como muerta y fue la funeraria quien se percató de que aún presentaba signos vitales.
Una mujer de 66 años y que padecía demencia ha muerto en el centro de residencia especial para pacientes con Alzhéimer de Glen Oaks, Iowa (EEUU), tras estar metida en una bolsa para cadáveres. Dicho centro la declaró como muerta y, tras dos días tratando de sobrevivir murió por la falta de oxígeno que había en la bolsa de cadáveres.
La víctima ingresó en el centro a finales de 2021, momento desde el que empezó a agravarse su estado de salud. Ya en diciembre de 2022 dejó de comer y sufría convulsiones. Entonces, se le administró morfina y lorazepam por parte del personal de la residencia, según indica ‘The New York Times’.
El pasado 3 de enero, la mujer quedó inconsciente, pero en el centro fue declarada muerta y no se avisó a sus familiares. Ya en la funeraria se percataron de que la mujer estaba viva y tratando de resistir tras haber estado sin oxígeno en la bolsa de cadáveres. Entonces fue trasladada al hospital con las constantes vitales muy bajas.
Una vez en el centro sanitario, la mandaron de nuevo a la residencia, ya que en su testamento vital exponía que no podían mantenerla con vida de forma artificial. Esto empeoró aún más su estado y acabó muriendo dos días después a consecuencia de las graves secuelas de la falta de aire.
La residencia ha sido condenada a pagar una indemnización de 10.000 dólares a los familiares de la fallecida. Dicho centro tiene un mes para valorar si indemniza a la familia de la mujer o va a juicio para defender la actuación de su personal.
