El Sindicato de Profesionales del Transporte y Emergencias Sanitarias (SP-TES) afirmó este jueves que muchas de las compañías de salud privadas escatiman en recursos técnicos y humanos para la realización de las urgencias domiciliarias, basándose única y exclusivamente en el aspecto económico.
En palabras de Javier Suárez, secretario de la sección sindical de SP-TES en Salamanca, “los técnicos en emergencias, nos vemos indefensos ante la situación creada por estas compañías, que contratan una ambulancia de traslado, las mismas que realizan altas, diálisis y consultas, para realizar urgencias y las Empresas en las que tan sólo va un profesional. No sería la primera vez que los profesionales tenemos problemas en la asistencia del paciente en las urgencias y emergencias ya que consideramos que, para una buena asistencia del paciente, son necesarios al menos dos profesionales”.
Según SP-TES, se da la paradoja en muchas ocasiones de que a la llegada del profesional, cuando hay realizar el traslado, este tiene que ser asistido por la propia familia para movilizar al paciente. “Las empresas esperan a que llegue el Técnico en Emergencias al domicilio y si hay alguna ambulancia más libre, va a realizar la ayuda si éste lo necesita, pero en muchas ocasiones, tenemos que ser ayudados por los familiares”, señala Javier Suárez.
Este sindicato insta a las Empresas de ambulancias a que pongan solución a esta problemática, “pero esgrimen que la mayoría de las compañías privadas pagan por una ambulancia de traslado, con una dotación de material mínima y un profesional y que ellos acatan lo contratado”.
También denuncian que cada vez ocurre más que las familias, ante la situación que ya conocen, activan las ambulancias del Sacyl para que vayan a buscar al familiar y lo trasladen al hospital privado de Salamanca. Algo que “es inadmisible” según Javier Suárez, “ya que se están utilizando recursos públicos para beneficio de la mayoría de compañías privadas.”
Es por ello, que desde SP-TES, exigen a estas compañías privadas que dejen de escatimar en recursos humanos y técnicos, cesen en la utilización de recursos públicos para sus beneficios e inviertan en las urgencias y emergencias extrahospitalarias. “con lo que cobran a los usuarios, bien pueden permitirse un servicio de calidad” finaliza Javier Suárez.