“He tenido suerte, a mí solo han tardado veintiún días en darle la cita para una consulta en la delegación de la Seguridad Social de Salamanca. Otras personas esperan cuatro semanas o más”. Así comienza el periplo de una persona para solicitar una cita en la Seguridad Social.
Quería hacer varias consultas, una de ellas era conocer su vida laboral. A principios de febrero quiso entrar en la web de la Seguridad Social y cuando tenía todas las casillas con sus datos correspondientes, le daba a enviar y se borraba todo. “Hasta en ocho ocasiones lo intenté poniendo el DNI. Al final, dije voy a meterme a la una de la madrugada, porque seguro que está menos saturada la web. Lo conseguí y me convocaron para primeros de marzo”, explica.
Además de con el DNI, viendo lo que le había costado, y como tenía que hacer otra consulta, quiso intentarlo por otra vía: acceder a la web de la Seguridad Social mediante una clave. «Pero, hay que ir a solicitarla físicamente a la sede de la Seguridad Social en Salamanca. Allí, me dieron un número. Esperé desde las 9.30 hasta las 10.15 horas. No había nadie en la sala de espera. Estaba yo y la pantalla en negro. En la sala había unas 20 mesas y solo tres personas trabajando. Quizá, el resto está teletrabajando. Nadie me atendió, ni me preguntó qué quería”, explica.
Estando allí, quiso poner una reclamación. Pidió las hojas y le dijeron que no tenían. “Eso sí, me ofrecieron unas hojas de sugerencias. Si en mi negocio yo no tengo hojas de reclamaciones, se me cae el pelo”, matiza esta persona.
Al ver que nadie la llama, ni la atienden, decide irse. Justo cuando salía por la puerta de la delegación de la Seguridad Social, le llega un SMS diciéndole que ese mismo día, a las 11.15 horas la pueden atender. “Es un desastre. Es como si yo voy a una carnicería, estoy esperando yo sola delante del mostrador, me canso y me voy, y al salir por la puerta, el carnicero me manda un SMS para que venga dentro de una hora. No entiendo nada”, concluye esta persona.
2 comentarios en «“Es un desastre”»
Sencillamente: es mentira. No se funciona así. Medias verdades y mentiras que de tanto repetir se quiere que se conviertan en verdad. Patético.
Sencillamente: es verdad, soy testigo