Salamanca acoge la segunda temporada del fútbol inclusivo en el que participan casi 80 niños y niñas de la ciudad sin importar sus capacidades o su situación socio familiar en el proyecto de las Fundaciones de Eusebio Sacristán y de Castilla y León.
Los entrenamientos de la escuela se llevan a cabo en el campo municipal Vicente del Bosque y en La Salud, los martes y viernes, respectivamente Salamanca acoge por segundo año consecutivo la escuela de fútbol inclusivo regional de la Fundación Eusebio Sacristán y la Fundación de Castilla y León.
Lo hace con la implicación del Ayuntamiento de Salamanca y el apoyo de los veteranos de la UDS y jugadoras del Salamanca FF. La escuela con sede en el campo de La Salud de Pizarrales ya ha cubierto las 40 plazas disponibles, mientras que aún restan plazas para la escuela que lleva a cabo sus entrenamientos en el campo Vicente del Bosque, en Garrido.
Junto a Juan Carlos Rodríguez han asistido a este entrenamiento representantes del Salamanca FF, ya que cuatro de sus jugadoras, Ángela Lamazares, Ángela García, Alexandra Rafael de la Cruz y Natalia González, son entrenadoras de la escuela junto a otro futbolista en activo, el jugador del Salamanca UDS, Alberto Rodríguez, y los veteranos de la UDS, Francisco Hernández y Carlos Valle.
Entre los 80 participantes hay algunos niños y niñas con alguna discapacidad intelectual, hiperactividad, retraso madurativo o alguna enfermedad rara, de diversas procedencias y entornos menos favorecidos, que juegan en condiciones de normalidad con sus compañeros en una escuela en la que lo importante no es el resultado sino el proceso del juego en sí y la práctica deportiva en equipo, trabajando competencias deportivas específicas del fútbol como el disparo, el pase, el control y la conducción y siempre con la transmisión de valores positivos.
Así lo explica el director de la escuela, Rodríguez: “Para nosotros el deporte es una herramienta de transformación personal y social. Y creemos que todo el mundo tiene que poder acceder a él, de alguna forma, también quienes tienen capacidades diferentes o viven en un entorno social más vulnerable. Lo importante es que los pequeños vienen a disfrutar y se consigue”, concluye.