La exdirectora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco, entre 2001 y 2012, y viuda del político socialista Juan María Jáuregui, Maixabel Lasa, lamentó este viernes que todavía existan políticos en el Congreso de los Diputados que “echen de menos a ETA”.
ICAL. Lasa, que fue una de las primeras víctimas que accedió a entrevistarse con los asesinos de su marido en la cárcel, argumentó que durante muchos años se reclamó a ETA que dejara las armas y que se incorporara a las instituciones, “pero ahora, una vez que ha dado ese paso, algunos se empeñan en pedir cosas que no se pueden cumplir”, aseveró.
La activista por la convivencia en el País Vasco, que participó en la sexta edición del Foro de la Cultura, evento que se celebra en el teatro Calderón de Valladolid hasta el próximo domingo, aseguró que ni la sociedad ni las víctimas deben olvidar el sufrimiento que causó el terrorismo etarra, pero apostó por mirar al futuro con esperanza. “Nunca podemos olvidar lo que ha sucedido. Pero partiendo de esta situación existen dos formas de afrontar el futuro: quedarte anclado en el rencor o tirar hacia adelante, que es la posición he adoptado yo”.
A su vez, también lamentó que la utilización del terrorismo y de las víctimas ha sido una constante por parte de algunos partidos políticos, “que solo han mirado el rédito electoral”, pero ahora las víctimas “somos lo suficientemente mayores para que nadie nos tutele y, además se ha logrado el objetivo que no era otro que la desaparición de ETA”.
En este sentido, indicó que ahora en el País Vasco se vive de otra forma distinta y recordó como ella y otras muchas personas tuvieron que llevar escoltas durante mucho tiempo. No obstante, recordó que fueron años en los que se sufrió mucho, pero recalcó que el futuro será mejor.
Lasa participó junto al periodista francés Philippe Lançon, uno de los heridos en el ataque terrorista contra la revista ‘Charlie Hebdo’ perpetrado en París por terroristas de Al Qaeda en 2015, en una sesión bajo el título ‘Entre el perdón y el olvido’.
Por su parte, Lançon, que reconoció que aprendió español leyendo ‘Cinco horas con Mario’, explicó que el humor y el odio son compatibles, y advirtió que hay personas que tienen tan interiorizado el odio que, aunque aparentemente lleven una vida normal e incluso sean alegres, en un momento dado su odio aparece como un “río desbordado que es capaz de matar”.