[dropcap]B[/dropcap]elén Cela fue el primer alcalde democrático de Béjar después de aprobada la constitución del 78. Amigo y compañero, coincidí con él en las Cortes de Castilla y León. Era un hombre ilustrado, escribía muy bien y es una delicia releer sus artículos, que publicaba sin periodicidad en El Adelanto.
Belén luchó por Béjar con denuedo, y entre las muchas cosas que logró para su ciudad fue la de construir un pantano en la sierra que aseguraba para siempre el agua a la ciudad textil, amén de producir pingües ganancias al Ayuntamiento.
Belén sufrió lo indecible con el declive del textil, bajón que produjo una crisis económica en Béjar de la que todavía no se ha recuperado. En nuestras conversaciones considerábamos que las dos ciudades más pobladas de la provincia debían conocerse mejor e intercambiar sus culturas.
Estando tan cerca, Béjar y Salamanca mantienen sus diferencias culturales que no siempre comparten. Belén consideró que Salamanca debía tener una muestra de su ciudad y regaló “un telar” que se colocó en la Avenida de Villamayor, en plenas Ferias y Fiestas de 1984.
Como era costumbre en todas las inauguraciones municipales, el grupo Raíces Charras y la banda municipal amenizaron el acto al que asistimos los dos alcaldes y numeroso público, especialmente bejaranos residentes en Salamanca.
Entre el siete y el diecisiete de mayo de aquel año se celebró la primera Semana Cultural de Béjar. Pintura, fotografía, música, teatro y deporte de la ciudad hermana estuvieron presentes en las siete intensas jornadas. Béjar mostro su fuerte implantación cultural que mostraba con fuerza en aquellos primeros años de democracia.