Un estudio ha determinado que una de cada diez muertes prematuras se podría prevenir con la realización de 75 minutos semanales de actividad física moderada, como caminar. La Organización Mundial de la Salud marca como objetivo semanal los 150 minutos, que suponen importantes beneficios para la salud de quienes lo cumplan.
La investigación, publicada en la revista ‘British Journal of Sports Medicine’ ha concluido que 75 minutos semanales de actividad física moderada podrían prevenir una de cada diez muertes prematuras en todo el mundo. Asimismo, cumpliendo el objetivo de 150 minutos semanales se lograría un 16% menos de muertes. Esto es, cuanto mayor sea el tiempo de actividad física, mayores serán los beneficios, tanto para la salud como para retrasar la muerte.
Los expertos, liderados por Soren Brage, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han estudiado 196 investigaciones que incluyen a 30 millones de personas. Además, han relacionado diferentes enfermedades con los niveles de ejercicio, mortalidad.
Comparando entre adultos que realizan 150 minutos de actividad física y otros sedentarios, han llegado a la conclusión que los primeros tienen un 31% menos de probabilidad de morir de forma prematura por cualquier causa. Además, el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular es un 29% menor, y el del cáncer un 15%.
En cuanto al riesgo de sufrir enfermedades, el ejercicio recomendado por la OMS ayuda a prevenir las cardiovasculares en un 27% (21% en enfermedades coronarias). Respecto al cáncer, a nivel general el riesgo es un 12% menor. Diferenciando entre algunos tipos, los de cabeza, cuello, estómago o la leucemia se reducían entre un 35% y un 22%. Mientras tanto, los de pulmón, hígado o mama lo hacían entre un 16% y 5%.
Estudio español
Por otro lado, un trabajo reciente liderado por el jefe de la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia, Gonzalo Grandes, obtuvo unos resultados aún más positivos. Esta investigación, publicada en la revista ‘British Journal of General Practice’, comprobó que la mortalidad se reducía en un 50% para quienes cumplían los 150 minutos de ejercicio a la semana.
Asimismo, se observó que las pequeñas cantidades de ejercicio también podían suponer grandes beneficios, especialmente en aquellos que llevaban años sin moverse. En este sentido, incrementando en 50 minutos la actividad física moderada a la semana registraron un 31% menos de riesgo de mortalidad.
“Demostrar que no hay un umbral mínimo para empezar a gozar de los beneficios de la actividad física es importante para empezar a cambiar un hábito, que siempre es complicado, sobre todo en personas que llevan toda una vida sin actividad y tienen limitaciones por patologías”, expone Grandes.