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Mira lo que hacemos y saca de quicio a los camareros

Son actitudes muy habituales en los restaurantes
Un camarero tira una caña.

Algunas de las actitudes que tienen los comensales cuando acuden a los restaurantes molestan a los camareros. Además, estos profesionales lamentan que muchas de ellas son habituales entre los usuarios. A continuación, doce de los comportamientos que enfadan a dichos profesionales. 

  • Coger la bebida de la bandeja. Cuando alguien coge su bebida de la bandeja mientras el camarero sirve a otras personas de la mesa puede suponer que todas vayan al suelo. “Estoy balanceando una bandeja de cinco cócteles en una mano. Romperás el equilibrio y tiraré todos los cócteles”, lamentaba un camarero.
  • Sentarse sin preguntar. Muchos restaurantes tienen un cartel que pide a los clientes esperar hasta que se les asigne la mesa. Por tanto, cuando alguien se sienta sin la indicación del personal puede incomodar e incluso entorpecer la labor del personal del establecimiento.
  • No dejar que limpien la mesa al terminar de comer. En algunas ocasiones, los comensales terminan de comer y, pese a llevar un tiempo sin tocar la comida, no dejan que los camareros retiren los platos, aunque sea para poner lo que ha sobrado para llevar.
  • Ignorar al camarero. Uno de los comportamientos más odiados por los trabajadores del sector es el de ser ignorado. Estos lamentan que, en ocasiones, acuden a atender una mesa y los comensales no les hacen caso, e incluso están con sus móviles, tabletas, etc.
  • Dejar que los niños hagan lo que quieran. Aunque salir a comer con niños pequeños puede causar alguna situación incómoda para los padres, estos deben controlar a sus pequeños. Así, no deben dejar que hagan todo lo que quieran. Por ejemplo, una camarera señalaba que algunos “dejaban que sus hijos se llevaran los elementos de la mesa a la boca (sal, pimienta…)”.
  • No decir qué plato es el tuyo. Por mucha memoria que tengan los camareros, hay veces que no se acuerdan de todos los platos que ha pedido cada persona. Por tanto, cuando vayan a la mesa con ellos, hay que prestar atención e indicar cuál es el tuyo.
  • Ser grosero. La buena educación es esencial en todos los ámbitos de la vida, también cuando se va al restaurante. Por ello, cuando los camareros están ocupados con otra mesa no se los debe interrumpir, especialmente con comportamientos como silbidos o chasquidos de dedos.
  • Tardar mucho en pedir la cuenta. Si bien es cierto que los comensales no están obligados a pagar inmediatamente después de terminar de comer, tampoco deben tardar un tiempo excesivo.
  • Culpar al camarero por la comida. Cuando un cliente escoge un plato y, una vez en la mesa lo prueba y no está contento con su decisión, no debe culpar al camarero por ella. Máxime si ha decidido él solo sin la recomendación del empleado del local.
  • No dejar propina. Pese a que en España no es obligatorio dejar propina en los bares y restaurantes, es una muestra de agradecimiento por el trabajo de los empleados. En algunos países, como EEUU, lo normal es dejar entre un 15% y un 20% del importe total de la cuenta porque es parte del sueldo del camarero.
  • Limpiar la mesa “para ayudar”. Al terminar de comer, algunos clientes comienzan a limpiar la mesa, apilando los platos o echando las servilletas dentro de los vasos. Sin embargo, no debe hacerse ya que muchos restaurantes evitan, por ejemplo, apilar los platos sucios para evitar accidentes.
  • Pedir algo que no está en el menú. Pese a que el cliente puede solicitar ciertas modificaciones, como cambiar una salsa por otra, no de debe exceder en este sentido. Se debe tener en cuenta que las cocinas están preparadas para elaborar lo que figura en el menú.

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