La Universidad Nebrija nombró doctora honoris causa a la jurista Araceli Mangas en atención a sus “excepcionales méritos en el ámbito académico y judicial”. La propuesta de la Facultad de Derecho y de Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija se hizo efectiva en una ceremonia en el Campus de Madrid-Princesa. Con un “gran sentimiento de gratitud” y una “profunda emoción e incredulidad”, la catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid resumió en sus primeras palabras el espíritu de su discurso: “Me honra mucho cuando he sido reconocida al margen de las hipotecas político-sindicales o de la tribu universitaria. Lo que nunca he estado es al margen de las preocupaciones sociales y políticas de la sociedad de mi entorno y, con el tiempo, he comprobado que la sociedad lo ha agradecido”.
Bajo el lema Reconfiguración de las relaciones internacionales en tiempos de crisis, Araceli Mangas, vocal de la Comisión Española de Derecho Internacional Humanitario, reflexionó sobre “hechos impactantes que nos preocupan y ocupan, hoy, en 2023” desde el contexto de la seguridad y defensa europea e internacional donde “se puede hablar de lo vivido en estos años como una policrisis que marcará el orden (o desorden) internacional”.
La pandemia, la guerra en Europa, la crisis energética, la crisis agroalimentaria, la inflación o los populismos son argumentos recurrentes para apreciar tiempos duros, “pero en realidad, todas las generaciones han creído enfrentar retos y mutaciones insuperables”. La catedrática de la Universidad Complutense pidió afrontar “con serenidad” la realidad que nos ha tocado vivir dado que “no somos la única generación en la Historia que ha afrontado situaciones excepcionales ni soportado las mayores tragedias o inseguridades. Recordemos que una misma generación combatió en dos grandes guerras -la Primera y la Segunda Guerra Mundial con 11 años de combates generalizados y genocidio- y también sufrió la gran pandemia de gripe A de 1918-1920 con más cien millones de muertos”.
“Aldabonazos de un mundo cambiante”
Mangas, Premio Julián Marías de Humanidades a la trayectoria científica, medalla de Unicef y Mujer Europea del año 1992 en España, reflejó algunos “aldabonazos de un mundo cambiante” como las acciones emprendidas en los últimos años por Estados Unidos y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su “abandono lacerante de Afganistán” y la posterior invasión y ocupación de Irak, entre otros factores emprendidos por EE. UU. “están en la raíz de guerras que han desestabilizado parte de Asia y todo el Mediterráneo, probablemente, por medio siglo más”.
Por otra parte, la agresión de Rusia a Ucrania “no tardó en verse como un serio pulso dentro de la rivalidad China-Estados Unidos”. Para Araceli Mangas, “en su jugada de billar, China debilita y hace todavía a Rusia más dependiente”, aunque el gigante asiático “comprobó, seguramente con disgusto, la unidad y fortaleza del mundo occidental” mientras se “ha logrado revitalizar políticamente a la OTAN al hipotecar cualquier opción de defensa autónoma europea”.
En cuanto a Rusia, la catedrática afirmó que ha desencadenado “una guerra de agresión” prohibida por el artículo 2.4 de la Carta de la ONU y una “ocupación brutal con violaciones sistemáticas del Derecho Internacional Humanitario por parte de un ejército regular como no se había visto en Europa”. Además, una gran potencia miembro del Consejo de Seguridad “-como EEUU, aunque en más ocasiones Rusia- utiliza el derecho de veto ya sea para proteger sus graves contravenciones a la Carta de las Naciones Unidas que prohíbe taxativamente el uso de la fuerza, ya sea para anestesiar los poderes sancionatorios del Consejo de Seguridad previstos en el capítulo VII de la Carta”.
Sin caer en la “nostalgia” de la Guerra Fría del siglo XX, dada “la ausencia actualmente de canales de comunicación con Rusia en 2023, “al ser parte agresora y beligerante”, Araceli Mangas alertó de “una situación mucho más incierta e insegura que aquella paz armada durante cuarenta años en la que la disuasión nuclear se encargó de evitar un conflicto que hubiera devastado el planeta”, y donde hubo una cooperación entre los dos bloques “para impedir la confrontación directa”.
Daños centrales y colaterales
En su discurso, Araceli Mangas estimó que la presente situación internacional ha generado daños “centrales” como la defensa autónoma de la Unión Europea -“la principal damnificada políticamente de una guerra en Ucrania que es una partida estratégica en la confrontación EEUU-China desarrollada en el devastado territorio ucraniano con víctimas humanas europeas”- y daños “colaterales” como el Mediterráneo, África – “las prioridades inmediatas en Europa por la guerra en Ucrania no deberían opacar lo que sucede en una zona donde concurren todas las fragilidades para la tormenta perfecta sobre el continente europeo con España en primera línea”- y el “declive” de la democracia y del Estado de Derecho.
Sobre este último aspecto, la nueva doctora honoris causa por la Universidad Nebrija se refirió al autoritarismo, los populismos y el modelo de China, “útil para muchos Estados en América Latina, Asia y África” en el que democracia, mercado y prosperidad “no es un trinomio imprescindible”. “En los últimos cuatro años la democracia y el Estado de Derecho han sufrido un proceso de involución o retroceso en contextos occidentales y democráticos con claro desprecio o recortes de competencias al poder judicial o manipulando los controles constitucionales (Reino Unido, Estados Unidos, Israel o Polonia, Hungría y Rumanía, entre otros)”, añadió.
Araceli Mangas, defensora de la presencia de España en el proyecto europeo de integración, ha desarrollado su trabajo en las aulas universitarias de Salamanca y de la Complutense de Madrid. Su parlamento en la ceremonia fue toda una declaración de respeto y pasión por el Derecho Internacional, desde que en 1972 cursó sendos seminarios de verano en Ginebra y en Estrasburgo.
“Universitaria en estado puro”
El rector José Muñiz, en la clausura del acto solemne, loó a Araceli Mangas como “una universitaria en estado puro que representa a la perfección el conjunto de valores universitarios genuinos en los que creemos y por los que nos afanamos: curiosidad intelectual, talento, humildad, trabajo duro, dedicación, rigor, integridad, independencia de criterio, carácter y valor”. A estas cualidades, Muñiz unió la búsqueda de la verdad.
Tras recordar las conmemoraciones del V Centenario del fallecimiento de Antonio de Nebrija, figura “que emite en la misma longitud de onda universitaria que Araceli Mangas”, José Muñiz argumentó sobre retos de la universidad como la consolidación de las nuevas tecnologías, el crecimiento exponencial del conocimiento, la fuerza de la formación continua y los cursos cortos, la mediación de competencias transversales y la investigación básica “vigorosa”.
“Los agentes e instituciones del sector educativo, tanto universitario como otros niveles, públicos y privados, se están uniendo para formar unidades mayores, más competitivas, con mayores probabilidades de ubicarse en los rankings de prestigio. Esta tendencia, que ya se constata claramente en la actualidad, se irá acentuando cada vez más, así que hará falta un tamaño mínimo para seguir siendo competitivo en un contexto global”, añadió.