A medida que pasan los días tras su elaboración, el pan va perdiendo algunas de sus características y poniéndose progresivamente duro. Sin embargo, gracias a unos trucos caseros puede recuperarse este alimento, dejándolo como si estuviera recién hecho.
El primero de ellos consiste en introducir el pan duro en un bote y colocarle una tapa. Posteriormente, hay que llenar hasta la mitad una olla de mayor tamaño y ponerla a hervir. Finalmente, se debe introducir el recipiente en el centro de la cazuela, dejándolo allí hasta que el agua se enfríe.
Otro de ellos pasa por cortar el pan en rodajas e introducirlo en el microondas entre 10 y 60 segundos a potencia mínima. También se puede mantener el pan duro bajo el grifo durante un minuto, metiéndolo después en el horno a 150 grados durante 10 minutos.
El último truco también requiere de cortar el pan en rebanadas, de 1 o 2cm. Sin embargo, en este caso no se utiliza el microondas, sino una olla. Esta debe llenarse con agua y, tapada, ponerla a hervir. En ese momento, hay que poner las rebanadas en un colador sobre el agua, (ya a fuego lento) durante unos 5 minutos para que el vapor actúe.
Consejos
- El mejor objeto para guardar el pan son las bolsas o paquetes de papel o tejido natural.
- No se debe guardar el pan en la nevera, ya que hay mucha humedad y olores. Esto puede hacer que se cubra de moho.
- El pan blanco absorbe los olores más rápido. Por ello, no debe guardarse junto al de centeno.
- No hay que mantener cerca el pan tostado y las rosquillas, porque estas desprenden humedad, que absorbe el pan.
- Para lograr que no se seque tan rápido se puede poner un trozo de manzana o echar un poco de sal sobre el pan.