«Te quiero y admiro». Así concluye la carta que Sara Carbonero ha escrito en sus redes sociales a su madre, Goyi Arévalo.
Para la periodista es el ejemplo de que todo se soluciona con el corazón por bandera, sea lo que sea lo que se te ponga por delante. «A la más dulce, generosa y fuerte. A mi puerto seguro, mi mar en calma, mi cable a tierra», enumeraba Carbonero.
La influencer hacer ‘responsable’ a su madre de los recuerdos de infancia más felices, de los baños en el mar de Nerja o Gandía embadurnada de crema de la protección más alta, de los abrazos sanadores con olor a Carolina Herrera cuando me dolía algo o de los paseos por el parque en otoño recogiendo hojas con sus guantes de piel. «A la ‘culpable’ de que mis libros fueran los mejor forrados del cole y de que Serrat sonara en el tocadiscos sin parar», recuerda.
Por supuesto, repasa los estilismo que le hacía su madre. «A la que me hacía la coleta cada mañana y me vestía igual que a mi hermana, aunque a ninguna de las dos nos gustara mucho esta opción», ironiza.
Además, Sara Carbonero recuerda que su madre tenía una «paciencia inagotable, la del consuelo en cualquier lugar, momento y circunstancia de la vida. A la que siempre está».
A pesar de los años, sigue regañando a Sara Carbonero «si ve una zapatilla desordenada y preguntándome a qué hora vuelvo».
Por último, reconoce que es la que le carga las pilas, «me pinta las alas y me ha dado no sólo la vida sino la lección más grande sobre cómo vivirla. Feliz cumpleaños, mamá coraje», concluye.
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