Las trabas a los niños de 2-3 años

Las dificultades para continuar en un colegio público cuando se termina el primer ciclo de educación infantil están generando malestar entre algunos padres de niños de 2-3 años porque, al finalizar esa primera etapa, se encuentran con que no hay plazas suficientes y han de pasar a un colegio concertado.

Se trata de una estratagema de la Junta para facilitar el trasvase de alumnos de educación infantil desde los centros públicos a los concertados, para que pasen el resto de la educación obligatoria en los centros concertados sostenidos con fondos públicos, en detrimento de los colegios e institutos públicos, a sabiendas de que el es difícil que un niño cambie de colegio según avanza su escolarización.

“Es un tema muy sibilino y complicado”, comenta Fernando Paricio, presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Salamanca (Fedampa). “Esto es más complicado que el que no se reserve plaza en el mismo centro público a los niños de 2-3 años para el segundo ciclo de educación infantil”, explica a La Crónica de Salamanca.

“El problema radica en que hay muy pocos centros públicos que tienen educación de 0 a 3 años. Además, es algo que no han pedido los centros, ha sido designado por la Junta. Estos tres centros son el Rufino Blanco, el Francisco de Vitoria y el Santa Catalina, que tienen una alta demanda y poca capacidad para admitir más alumnos”.

En este sentido, señala que en Salamanca “hay ocho centros públicos, pero el problema solamente afecta a tres en los que hay malestar porque, en ocasiones, el alumno no puede tener continuidad cuando termina el primer ciclo de educación infantil”.

No obstante, “en los otros cinco centros no tienen ningún problema. Primero, porque no hay educación de 0 a 3 años, y segundo, porque tienen plazas de sobra. Son centros que no tienen muchos alumnos. Con lo cual, los que vayan de 0 a 3 años no van a tener problema para entrar en la segunda etapa de educación infantil”.

Una vez expuesto todo lo anterior, Paricio denuncia que “los que verdaderamente tienen problemas son los concertados, que exigen que los que vengan de la primera etapa de infantil tengan plaza reservada en su centro y no entre nadie por esa vía. Una forma más de seleccionar a su alumnado”.

“El problema real es que están utilizando a estos pocos centros de la educación pública para resolver algo que exige la concertada”, resume. “Desde la Junta están pretendiendo que sean los centros públicos los que presionen para que esa finalidad la consigan los centros privados o concertados. Están utilizando de punta de lanza a la pública para una finalidad que quieren conseguir los centros privados”, recalca.

A juicio del presidente de Fedampa, el principal objetivo de la concertada es “que el alumnado que va de 0 a 3 años continúe en sus centros”. Si bien, desde la federación abogan por dos cuestiones fundamentales, “que la educación infantil de 0 a 3 años se implante en la pública, y que esos niños tengan asegurada la continuidad en el centro público”.

“Ahora se está haciendo al revés, implantar la educación de 0 a 3 años en la privada. Con lo cual, dentro de poco tiempo veremos cómo se ha derivado un montón de alumnado a la educación concertada en contra de la pública. Esta es otra forma más de desmantelar la educación pública”, lamenta.

Para acabar con este problema hay una solución “muy fácil”, según Fernando Paricio, quien aboga por “quitar todos los conciertos e implantar la educación de 0 a 3 años exclusivamente, o mayoritariamente, en la pública”, dice.

“Ahora se exige que haya centros concertados, en pro de una libertad de elección de centro. Pero cuando esa libertad de elección es para los que queremos llevar a nuestros centros a la pública, nos encontramos con que no hay plazas”, añade.

Los primeros en hacer público su malestar han sido los padres de alumnos del colegio Rufino Blanco trabas que ha puesto la Junta para que los alumnos de tres años que pasan al segundo ciclo de educación infantil puedan seguir en el mismo centro.

Pero el malestar es generalizado y empieza a gestarse un movimiento provincial e incluso regional para combatir una estrategia que perseguiría favorecer el trasvase de alumnos de esos ciclos, ahora gratuitos para las familias porque se sostienen con fondos públicos, a los centros concertados donde ya es fácil que cursen el resto de la educación obligatoria durante una década, garantizándose el negocio en detrimento de los centros públicos.

«Los padres de los alumnos de 2 a 3 años hemos presentado una queja formal a la Consejería de Educación, pero nos consta que se han llevado a cabo acciones similares en otros centros», indica un progenitor.

Consideran que «la resolución del 6 de febrero de 2023 de la Dirección General de Planificación, Ordenación y Equidad Educativa, va contra la norma establecida y el modelo educativo actual«.

Esa norma concreta la gestión del proceso de admisión del alumnado en los centros docentes de la Comunidad de Castilla y León para cursar en 2023-2024 enseñanzas de segundo ciclo de educación infantil y el resto de la enseñanza secundaria y bachillerato sostenida con fondos públicos (prácticamente toda, porque apenas hay centros privados puros).

Regula la determinación de las plazas vacantes de cada centro y curso en base a ciertos principios, entre el que
se especifica que “todos los alumnos de 3 años tengan que ir en igualdad de condiciones al proceso de admisión”, lo que significa que nuevamente “hay que solicitar plaza en el centro que deseen”.

Pero esto implica que algunas de estas familias, que ya acudieron a la convocatoria del año pasado en igualdad de condiciones y que actualmente están matriculados y forman parte de un centro público, pueden verse excluidas al ser adelantadas por otras familias con más puntos de acuerdo a la convocatoria.

Piden que se bareme con un punto más a los alumnos que ya han cursado tercero del primer ciclo de Infantil para poder optar a seguir el segundo ciclo en el mismo colegio, y evitar el cambio de centro.

Una estrategia de la Consejería de Educación de CyL que perseguiría favorecer el trasvase de alumnos a los colegios concertados para que una vez allí cursen el resto de la educación obligatoria en la concertada.

Los padres quieren que el menor solo cambie de colegio si la familia lo desea por los motivos que fuera, pero no por las trabas que establezca la Junta para favorecer a la concertada, en detrimento del interés del crío que ya se empieza a acostumbrarse a sus compañeros a edades tan tempranas y puede verse desplazado a otro colegio, normalmente concertado.