Apostar por la belleza, por el arte, por las exposiciones, por los artistas presentes -del siglo XXI y ligados a su tiempo- y por los que los precedieron, entre ellos Fernando Gallego, uno de los grandes pintores que ha dado Salamanca, al ser referente a finales del siglo XV y XVI, cuyas tablas son algunas de las ‘joyas’ del Palacio Episcopal de Salamanca, es apostar por la prosperidad económica y cultura de una ciudad. Desde este jueves Salamanca cuenta con un espacio que ayudará a enriquecer el capital artístico de la ciudad.
Situar la cultura en un lugar predominante es engrandecer a la localidad que la alberga -aprendamos de Málaga, con su alcalde, el popular Francisco de la Torre al frente, y la labor por darle el valor, en todos los sentidos y modalidades, al arte -. Salamanca posee la belleza centenaria de la piedra y desde este miércoles, también la que se refleja en lienzos, maderas, metales y mupis -los que estarán asociados a los artistas del siglo XXI realizando arte sacro en el siglo XXI-.
El nuevo espacio museístico con el que contará Salamanca alberga 160 obras, que firman entre otros: Fernando Gallego, Maestro Bartolomé, Pedro Bello, Alonso Berruguete, Luis de Morales, Venancio Blanco, José Luis Núñez Solé, Alfonso Cuñado, Andrés Alén, Ángel Luis Iglesias,…
La planta baja se dedica a uno de los momentos más creativos de la pintura salmantina, desde el último cuarto del siglo XV, y uno de sus más reconocidos pintores, Fernando Gallego. El Palacio Episcopal dispone de tres obras atribuidas a su persona, junto a otras de su taller y de artistas que trabajaron con él, como el Maestro Bartolomé y Pedro Bello.
Todas estas obras de arte y el disfrute del paseo por el propio Palacio Episcopal será gratuito para los salmantinos, los foráneos podrán adquirir una entrada conjunta con la que acceder a las Catedrales y al propio espacio museístico. El proyecto de ticket conjunto y gestionado por un mismo grupo, “es un nuevo atractivo para la ciudad y a cuantos la visiten”. Del proyecto, el obispo José Luis Retana resaltó su carácter “evangelizador y catequético”.
Por su parte, el deán de la Catedral, Antonio Matilla, agradeció el trabajo en equipo para llevar adelante este nuevo proyecto cultural, junto al Cabildo, la Diócesis y la empresa Artisplendore, quien desde 2013 gestiona las visitas turísticas en los templos catedralicios.
Precisamente, el representante de la empresa, Francisco Moya, señaló que implementarán las exposiciones con el apoyo de las nuevas tecnologías, como por ejemplo, una sala inmersiva, a través del modelado 3D, “para poder apreciar cómo se han ido construyendo las dos catedrales”. Asimismo, adelantó que antes del verano pondrán en marcha una experiencia en 3D con gafas de realidad virtual para ver la Catedral “desde unas panorámicas diferentes”.
La última intervención fue la de Tomás Gil, director del servicio diocesano de Patrimonio Artístico, que repasó los años de la andadura desde 2017 hasta ver abierto el Palacio Episcopal. Agradeció de forma especial la colaboración del profesor de la Universidad de Salamanca, Eduardo Azofra. Así como la de las nueve personas que lo acompañan en esta clasificación, que conforman la riqueza y pluralidad diocesana para llevar a cabo el contenido de este espacio. No olvidó, Gil, a los 30 voluntarios del museo Diocesano. «Son las personas las que evangelizan, no las obras de arte. La belleza está en nosotros. Así, volverán a sus casas viendo el arte en ellos mismos», puntualizó.
Por último, Tomás Gil concretó que cada exposición puede verse por separado, “y ha sido posible gracias a las donaciones de nuestras parroquias y de particulares”. Para finalizar, insistió en que las exposiciones “son el corazón”, pero no lo son todo, “será un lugar vivo para encontrarnos desde Jesús con toda la humanidad”.
Para ver el vídeo, pincha aquí.
Para ver la galería de fotografías, siga la flecha