El embarcadero de Salamanca se encuentra en un estado de deterioro que lo convierte en un peligro para salmantinos y turistas.
Los tableros de la estructura han sufrido el paso del tiempo y el efecto de los elementos hasta el punto de que algunos están levantados y, si no se va con cuidado, se convierten en una trampa.
Los fines de semana, sobre todo con el buen tiempo, esa zona está muy frecuentada por adultos y niños.