Además de los usos más conocidos del vinagre, principalmente en la cocina y como producto de limpieza, también puede utilizarse en jardinería, en especial para las plantas de interior. De esta manera, el vinagre ayudará a mantener las plantas en buen estado, mejorando su salud y controlando plagas, entre otros beneficios.
Dentro de los beneficios que puede suponer el vinagre para las plantas, destacan algunos por encima del resto:
- Herbicida, fungicida y repelente de insectos. Gracias a su acidez, el vinagre blanco es capaz de eliminar los bichos que amenazan a las plantas. Asimismo, el de manzana es ideal para combatir las plagas. En ambos casos hay que mezclar agua y vinagre en un bote con spray y rociar la planta una vez por semana.
- Limpiar las hojas. A medida que pasa el tiempo, las hojas de las plantas acumulan polvo y suciedad. Para acabar con ello simplemente hay que mezclar agua y vinagre (dos partes de agua por una de vinagre), empapar un trapo o algodón en el líquido y pasarlo sobre las hojas.
- Regular el pH de la tierra. Nuevamente, debido a la acidez del vinagre, es capaz de regular el pH de la tierra. En este caso, hay que añadir una cucharada de vinagre blanco en un litro de agua, regando la planta con esa mezcla.
- Enriquecer el sustrato. Además de enriquecer el sustrato, el vinagre ayuda a aumentar la concentración de hierro en el mismo. No obstante, solamente hay que añadir pequeñas cantidades de vinagre, y solamente en plantas que requieran suelos ácidos.
- Favorecer la germinación. Este producto puede ablandar la cáscara que las semillas tienen en su exterior y que retrasa la germinación. Así pues, para ello simplemente hay que echar las semillas en un recipiente con agua y entre 5 y 8 gotas de vinagre, dejándolas a remojo durante toda la noche.
- Alejar a las mascotas. El vinagre es capaz de evitar que las mascotas se acerquen a las plantas y las dañen, ya que su olor desagrada tanto a perros como a gatos. Por ello, basta con colocar cerca de la planta en cuestión una tela vieja impregnada con vinagre.
- Conservar las flores cortadas. Añadiendo dos cucharadas de vinagre blanco a una mezcla de agua con una cucharada de azúcar se logra mantener frescas durante más tiempo las flores cortadas. Esto se debe a que el vinagre previene el crecimiento de las bacterias.
- Controlar el moho. Debido a sus propiedades, el vinagre puede controlar y evitar el surgimiento de moho que se produce en algunas plantas. En este sentido, hay que mezclar dos cucharadas de este producto con tres litros de agua, rociando con ello la zona a tratar.
