Entre la calle del río Carrión y el Paseo Fluvial existe un talud esmeradamente cuidado por uno o varios paisanos que no tenemos el gusto de conocer.
Allí ha o han plantado decenas de árboles de variadas especies, todos lucen bien hermosos ahora que ya tienen 5 años y más.
Poco antes, nuestro «ecológico, verde, sostenible y previsor Gobierno municipal plantó allí también», enumeran desde la asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca. Eso sí, de aquellos ejemplares apenas queda alguno. «A plantar no hay quien gane al Gobierno municipal, como tampoco hay quien le gane a abandonar los plantones a su suerte», matizan desde la asociación.
El lugar ofrece una entrañable panorámica sobre el río Tormes y como mirador está bastante desaprovechado quizá por desconocido.
Desgraciadamente, también está presente la basura, muy abundante, pues parece que para el Ayuntamiento no hay que cuidar este espacio. La calle tiene una sola papelera, en un extremo. «No vendría mal poner varias y en situación estratégica como provocación y para animar a las personas que allí hacen botellón a que las usen», apuntan desde la asociación.
Los humanos, como los animales salvajes sus excrementos, no tiran la basura en lugares de forma aleatoria, sino obedeciendo a unas leyes que aunque difíciles de explicar, existen. «Ley que los servicios municipales, al menos en este caso, no lo tienen en cuenta», concluyen.