Los vecinos de Tenebrón cumplieron este Domingo de Ramos con la tradición y acudieron a recoger los laureles bendecidos.
Los tenebroneses cumplieron con la tradición de procesionar por las calles del pueblo y seguro que de estrenar algo, aunque fuera un ‘moquero’ que decían los de antes, que ya lo dice el refrán ‘el que no estrena el Domingo de Ramos, no tiene pies y manos’.
Ramos de laurel bendecidos que, año tras año, acompañan los guisos y platos de cuchara de los vecinos que viven en Tenebrón y de los que viven lejos, que como es costumbre, piden que se les guarde.
Así, también en sus despensas tienen las hojas de laurel bendecida, en esta ocasión por don Isidoro.