A lo largo de esta Semana Santa, Salamanca está recibiendo a miles de turistas que han querido visitarla. Los motivos de sus viajes son muy variados, así como sus lugares de procedencia. Sin embargo, la gran mayoría coincide en señalar a la Plaza Mayor y la Catedral como los monumentos que mayor impresión les han causado.
Durante las jornadas festivas de esta Semana Santa el casco histórico de Salamanca ha estado repleto de turistas que han querido conocer la ciudad del Tormes, sus monumentos, su cultura y su gastronomía.
Entre los motivos que han llevado a los viajeros a escoger Salamanca, los hay muy variados. Desde aquellos que estudiaron en la ciudad y años después quieren enseñársela a sus hijos, como el caso de Alice, que ha venido desde Italia, hasta los que quieren “conocer España entera, y esta vez ha tocado Salamanca”, como reconocía Félix, de Lugo.
“Mi hijo trabaja en Madrid, y le hemos hecho una visita”, comenta Nicol, una francesa que ha acudido a Salamanca junto con su familia. “Hemos estado dos días en Madrid, y después hemos decidido visitar lugares cercanos, como Segovia, El Escorial, Toledo y ahora Salamanca”, explica. Este grupo de franceses ha confesado su “asombro” con “las luces por la noche en la ciudad”. “Es impresionante”, recalcan.
Por su parte, un grupo de amigas de Jerez de la Frontera nunca habían visitado la ciudad, por lo que han decidido “hacer el tour de Salamanca y Toledo esta Semana Santa”. Paz, una barcelonesa con raíces charras, señala que “yo vine una vez cuando mi padre, que era de aquí, cumplió los 80 años. Como me gustó, y me encanta la Semana Santa, he pensado que podía ser una manera de hacer un homenaje familiar”.
Ernesto y su familia han visitado Salamanca porque, explica, “mi hija tenía muchas ganas de venir y conocerla. Llevaba tiempo insistiendo y qué mejor que estas fechas para venir”. Finalmente, en el caso de un grupo de gallegos, “una agencia nos ofreció un viaje a Salamanca por el tema de Semana Santa. Entonces, eso y las ganas de conocer lugares tan míticos como la Plaza Mayor o la Catedral, hicieron que nos decidiéramos por venir”, expone Santiago.
Por otro lado, entre los monumentos que más han gustado entre los turistas, la Plaza Mayor y la Catedral se han llevado la palma claramente. Pese a ello, la Casa de las Conchas, la Universidad, el Puente Romano o la Clerecía tampoco se han quedado cortos en halagos. Otros aspectos como la “gran cantidad” de calles peatonales o “la limpieza” también han gustado.
Además, el otro aspecto fundamental en el que han coincidido muchos turistas es lo “impresionante que es Salamanca de noche”, es decir, la iluminación de sus monumentos. “Si ya es bonita de por sí durante el día, por la noche con la iluminación gana mucho, es preciosa”, comenta Manuel.
Gastronomía
Uno de los grandes atractivos que Salamanca ofrece a los turistas, tal y como ellos lo confirman, es su gastronomía. La gran mayoría de los preguntados por La Crónica de Salamanca señalan al jamón como el “favorito”. Si bien, otros que también gustan entre los visitantes son el farinato, las patatas a la importancia, las patatas meneás, los torreznos, la jeta o el embutido y “todo lo procedente del cerdo”.
No obstante, algunos turistas también reconocen haberse sentido impactados por ciertos platos de la gastronomía salmantina. “Aquí se come mucha casquería, como los riñones. A nosotros nos resulta llamativo porque en nuestra tierra (Cádiz) no se come”, explica Luis.
Procesiones
Mientras que para muchos de los procedentes del norte las procesiones de Semana Santa han sido también uno de los motivos para viajar a Salamanca, para los del sur es todo lo contrario. De esta manera, aunque ha habido algunas excepciones, la mayoría de los turistas andaluces han reconocido haber viajado “huyendo” de las procesiones.
Asimismo, otro grupo importante de personas han explicado no haber venido a Salamanca para ver los pasos de Semana Santa, pero, una vez aquí los han visto y “nos han encantado”, confiesa Paqui, que ha acudido con su marido e hijas. Nicol, la turista francesa, explicaba haber “visto una procesión”, y reconocía que “para nosotros los franceses es impresionante, porque no tenemos la costumbre de ver estas cosas”.
