Un hombre de 41 años ha acudido a declarar en el juzgado acusado de dejar ciego a su hijo de 4 meses al golpearle por no dejar de llorar. Tras la agresión, al menor le han reconocido un 81% de discapacidad, así como dependencia severa.
El acusado, Gabriel C.B., ha comparecido ante el juez este miércoles por los hechos que se produjeron en la noche del 20 de mayo de 2022 en Zaragoza, tal y como ha informado el Heraldo de Aragón. Una vez en sede judicial, el supuesto agresor ha negado los hechos y se ha acogido a su derecho de no declarar.
Al parecer, el hombre golpeó y zarandeó a su bebé en varias ocasiones porque no paraba de llorar, impidiéndole dormir con sus llantos. De esta manera, causó al pequeño varios daños, como ceguera en el ojo derecho y una pérdida de visión elevada en el izquierdo o retraso psicomotor y madurativo, lo que supone que a sus 13 meses siga recibiendo tratamiento.
La noche de la agresión, el bebé comenzó a llorar sobre las dos de la mañana. El padre pidió consejo por teléfono a la madre, que estaba trabajando, para lograr dormirle.
Pese a que ella le recomendó darle un biberón o mecerle, él dijo que no tenía tiempo para eso. Finalmente, cuando se fue a trabajar a las 4:30 volvió a escribir a su entonces mujer para explicarle que ya había conseguido dormir al pequeño.
No obstante, cuando llegó la abuela al domicilio para hacerse cargo del pequeño y su hermano de 9 años hasta que llegase la madre del trabajo, encontró al bebé “asustado” y con la mirada “perdida hacia atrás”. Tras preguntar a su hermano, este reconoció haber escuchado a su padre gritar “Ya, cállate”.
A la llegada de la madre, descubrieron que el bebé tenía marcas en la cara, la nuca, la frente y cerca del oído. Cuando procedía a llevar a su hijo al hospital, el padre recomendó no hacerlo, alegando que denunciarían a ambos por la ley que “no permitía a las madres lactantes dejar solos” a sus bebés.
La madre hizo caso omiso y llevó al pequeño al hospital, donde confirmaron que sufría lesiones provocadas por el ‘síndrome del lactante zarandeado’ o ‘traumatismo craneal por maltrato’. Así, presentaba equimosis en las dos mejillas, una lesión en la parte cervical, hematomas subdurales, retinomatía hemorrágica bilateral severa y encefalopatía aguda con crisis epilépticas.
El padre, a quien la madre del pequeño echó de casa tras la agresión, fue detenido también ese mismo día. Entonces reconoció haberle propinado una bofetada en la cara a su hijo, así como haberle sujetado con fuerza uno de los brazos y zarandearlo fuertemente para que dejase de llorar. El hombre quedó en libertad, aunque se le prohibió acercarse al bebé.