[dropcap]P[/dropcap]ara terminar los homenajes realizados a los músicos salmantinos me gustaría recordar un hecho curioso. Tomás Bretón, el músico más popular del siglo XX, tiene en Salamanca dos monumentos, el más antiguo debido al cincel de González Macías. Después de bailar por distintos lugares, el Bretón de Macías fue emplazado en la plaza del autor de la Verbena de la Paloma. Es un busto de piedra, que en 1994 pasó a presidir el parque de nueva creación realizado en el Puente Ladrillo.
El segundo de los monumentos dedicado a Bretón se lo debemos a la gubia de Damián Villar González. El 17 de septiembre de 1982 se inauguró esta escultura en la Plaza de Tomás Bretón. Fuimos arropados por los compases de la banda municipal de música que interpretó piezas de zarzuelas compuestas por el músico salmantino, y con bailes de “Raíces Charras”, grupo folklórico de Julita Ramos. Para evitar el deterioro, el busto en piedra fue pasado al bronce.
Conocí la obra de Luis de Góngora través de mi hermano Serafín. En los años en los que estudiábamos preuniversitario el Ministerio de Educación nos hacía trabajar en tres temas concretos elegidos por ellos, uno de filosofía, otro de geografía y un tercero de literatura. En el curso de mi hermano estudiaron la vida y obra de Góngora. Lo recuerdo comentando con sus compañeros de clase lo complicado que les suponía leer y entender “El Polifemo”. Con posterioridad, supe la importancia que tuvo la conmemoración del 400 aniversario de la muerte de Góngora para el nacimiento de la “Generación del 27”. Desconocía entonces que este gran poeta español vivió en Salamanca, en cuya universidad estudió. Su poesía es valorada como una de las mejores escritas en lengua castellana.
Nos decidimos por inmortalizar a Góngora en una zona ajardinada, surgida en un suelo sobrante de la construcción de un edificio en los terrenos que ocupaba el periódico “El Adelanto”. Un enclave maravilloso junto a los dominicos, las dominicas, la iglesia de San Pablo, los jardines de Colón y el edificio modernista que albergó el colegio de las Teresianas de Poveda. Es, sin lugar a duda, uno de los rincones más sugerentes de la Salamanca monumental. Debíamos reconocer públicamente a Luis de Góngora como algún día se hará con los componentes de la Escuela Poética de Salamanca.
La escultura de Góngora es obra de Severiano Grande, labrada en piedra de Novelda en 1994. Góngora aparece con las figuras de Polifemo y Galatea. Severiano nació en Escurial de la Sierra, pero ha vivido durante muchos años en Mozárbez. El Ayuntamiento de este último pueblo, presidido por Fermín Pérez, ha construido un museo para albergar parte de la obra de Severiano, cedida al pueblo por el artista.
Pocas esculturas en piedra hay en Salamanca. Abundan las de bronce. El Góngora de Severiano tiene fuerza y ennoblece el lugar, seguramente uno de los muchos lugares de paso del poeta en su estancia en Salamanca.