El Puente Romano volvió a ser el epicentro del Lunes de Aguas, como lo fue cuando surgió la tradición de esperar al cura putas y a las meretrices que durante cuaresma y Semana Santa han estado fuera de la ciudad.
Los estudiantes de entonces, al igual que los de ahora, se aposentaban en esta margen del río con la merienda, buena música, gran ambiente y mucha diversión.