Un fármaco contra el alzhéimer logra retrasar un 35% el deterioro

En pacientes con la enfermedad en estadios tempranos

La farmacéutica Lilly ha anunciado que su fármaco contra el alzhéimer ha logrado ralentizar el deterioro cognitivo de los pacientes en estadios tempranos de la enfermedad. Pese a que los resultados han sido calificados de “alentadores”, cabe destacar que este tratamiento solo retrasa el empeoramiento del paciente y no cura la enfermedad. 

Este fármaco, aún en fase de pruebas, es el donanemab, un anticuerpo monoclonal que va dirigido contra la proteína amiloide, la precursora del alzhéimer. Tal y como ha asegurado la farmacéutica y ha recogido El País -a la espera de la publicación del estudio-, este medicamento puede retrasar hasta un 35% el deterioro cognitivo.

El alzhéimer es una enfermedad que se va desarrollando durante 15 o 20 años sin presentar síntomas. Estos aparecen cuando el daño neurológico ya se ha producido, algo que actualmente no se puede revertir. Por ello, la comunidad científica se ha centrado en tratar la enfermedad desde sus etapas más tempranas, así como en las placas de la proteína amiloide, que estimula el daño neurológico.

“La acumulación de amiloide es la lesión más precoz, pero esas placas están fuera de las neuronas. Con el tiempo, esas neuronas degeneran y se crea la proteína TAU, que es la que provoca el daño en la sinapsis cerebral”, aclara Albert Lleó, jefe de Neurología del Hospital Sant Pau (Barcelona).

La función del donanemab consiste en unirse a las placas de amiloide y marcarlas, para que el organismo las elimine. De esta manera, Lylly asegura que en el ensayo de fase III (con más de 1.700 personas de entre 60 y 85 años), el fármaco logró ralentizar el deterioro cognitivo y funcional en los pacientes con alzhéimer sintomático en fase temprana.

Durante la investigación, clasificaron a los enfermos por sus niveles de TAU. En aquellos que tenían niveles intermedios, se logró una reducción del 35% del deterioro cognitivo a los 18 meses. Por su parte, en los que tenían niveles más elevados, el impacto fue menor, aunque la compañía no ha dado datos concretos. Además, el 47% de los que recibieron donanemab no presentaron una progresión clínica de la enfermedad al cabo de un año.

En definitiva, los expertos han recibido con agrado este logro y, pese a recalcar que no cura la enfermedad, insisten en la importancia de tratarla en fases más tempranas. “Vamos a tener que avanzar hacia el diagnóstico precoz. Cuanto antes demos los fármacos, mejor”, apunta Pascual Sánchez, de la Sociedad Española de Neurología.

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