Para los que se atreven

Desde su llegada hace algo más de una década, las escape room han ido ganando popularidad hasta convertirse en una de las formas de ocio más demandadas. En la ciudad del Tormes hay cuatro salas de escape en las que los asistentes tratan de escapar combinando destreza física y mental. 

Las escape room o salas de escape son actividades de ocio en las que un grupo de personas accede a una habitación y debe hallar la manera de salir en un tiempo limitado. Normalmente, los participantes cuentan con 60 minutos para escapar, si bien, hay otras modalidades que van desde los 30 hasta los 90 minutos.

Para poder escapar, deberán resolver una serie de pruebas de lógica y habilidad, como pueden ser enigmas, puzles, rompecabezas, etc. “Utilizando la lógica y el trabajo en equipo”, recalca Beatriz, de The Key. “Porque si no colabora todo el grupo, es imposible salir”, añade Eusebio, de Fluxus.

Además, aunque el objetivo final generalmente consiste en escapar, “ahora hay versiones en las que lo que debe hacerse es solucionar un problema, encontrar algo o, incluso, simplemente vivir la experiencia de una historia”, puntualiza Eusebio.

Este tipo de actividades están pensadas “para todos los públicos”, si bien, los usuarios más comunes son los niños de 10-12 años, las familias con padres e hijos, o los grupos de amigos de entre 25 y 40 años, explican los responsables de los establecimientos salmantinos.

El precio puede variar en función del número de asistentes, pero oscila entre los 8 y los 12 euros por persona. Además, insisten en que se trata de “una actividad para grupos”, por lo que el mínimo para asistir es de dos personas.

Éxito

“Las escape room llegaron a España hace unos diez años, pero al principio muchos no se atrevían a probarlo. Quizá pensaban que, para qué iban a pagar ‘para que me encierren en un sitio’ o ‘no tiene gracia’. Sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo muchos se fueron decidiendo a probar la experiencia, ya que gracias al boca a boca les habían dicho que está genial”, explica Beatriz.

Este aumento de popularidad llevó a que las escape room alcanzasen su “boom en los años previos a la pandemia, llegando al punto máximo justo antes de la llegada de la covid”, señala Eusebio. Posteriormente, aunque han vivido “unos años complicados”, ahora “estamos volviendo a recuperar esos valores”.

Finalmente, en cuanto a las “claves del éxito” de este tipo de actividades, ambos coinciden en la “novedad” que “se sale de lo establecido”, así como en “trabajar en grupo para resolver los enigmas”. “El hecho de que se juega en equipo gusta mucho. También hay que estar resolviendo problemas constantemente, y eso divierte mucho. Además, el tener que jugar a contrarreloj, solucionar los acertijos, te activa el cerebro, produciendo el llamado ‘efecto flow’”, señala Eusebio.

En este sentido, aclara que “según explica la psicología, este efecto se produce al realizar una actividad repetitiva, como puede ser el estar solucionando problemas uno tras otro. Entonces, el cerebro entra en ese estado en el que pierdes la noción del tiempo y te diviertes mucho más”.