Los ayuntamientos, la administración local más próxima a los ciudadanos, deben prestar servicios públicos básicos que contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de los vecinos dentro de sus competencias, unas propias y otras delegadas por la Comunidad Autónoma o el Estado según la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local (LRBRL).
El próximo 28 de mayo se celebran elecciones municipales para elegir los alcaldes y concejales que van a regir la política municipal durante los próximos cuatro años y que deberían dedicarse a resolver los problemas más próximos que tenemos los ciudadanos, los que nos afectan cada día en nuestro pueblo o ciudad y, por tanto, era de esperar que los candidatos y los partidos nos expusieran un balance de que han hecho hasta la fecha si han gobernado, de sus logros si los han tenido, y que propuestas nuevas nos hacen para los próximos cuatro años.
Sin embargo, estamos asistiendo a una campaña electoral en la que existen pocas propuestas referidas al ámbito municipal, que son sustituidas por cuestiones políticas de otros ámbitos de competencia, es decir que son propias de la Junta de Castilla y León o del Gobierno de España y en las que los ayuntamientos tienen poco que rascar. Si a ello se añade un rosario de mentiras, disparates y ocurrencias diarias sobre aspectos que apenas afectan a lo esencial, a las necesidades básicas de la vida de los ciudadanos, tenemos un panorama desolador que muestra el alejamiento de la política municipal de la vida real.
Los vecinos, esos que eligen al alcalde, queremos oír propuestas de los problemas reales que deben gestionar los ayuntamientos: queremos conocer que modelo urbanístico nos proponen y esto incluye la gestión del patrimonio histórico-artístico (aspecto especialmente importante en Salamanca), promoción y gestión de viviendas (incluyendo el modelo de gestión de los pisos turísticos para evitar la gentrificación), educación y colegios públicos, fomento del empleo, relaciones con la universidad, sanidad, servicios de limpieza agua y alumbrado, protección del medio ambiente, arborización de las calles y gestión de parques y jardines, control del tráfico y trasporte público sostenible, instalaciones y actividades culturales y deportivas, servicios sociales, policía local y seguridad, modelo turístico… y todas aquellas cuestiones que claramente son su responsabilidad.
También nos interesa conocer que propuestas de relaciones institucionales con la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España tiene cada partido para resolver problemas que son competencias de esas administraciones, pero que afectan sustancialmente a Salamanca, como por ejemplo todo lo relacionado con la asistencia sanitaria pública que es responsabilidad de la Junta, o con el trasporte ferroviario que es responsabilidad del Gobierno, y otras cuestiones que son muy importantes para el futuro de Salamanca, si plantean un modelo de colaboración y seducción o de confrontación con dichas administraciones cuando sea preciso para defender los intereses de Salamanca, si su compromiso municipal está por encima de la sumisión a dichas administraciones cuando son de su mismo partido.
Antes de depositar nuestro voto en estas elecciones deberíamos realizar un ejercicio de responsabilidad, ese que no realizan algunos partidos y candidatos, y fundamentar nuestro voto en base a aquellas propuestas que van a mejorar la vida de nuestros vecinos, abstrayéndonos del ruido político y mediático que domina el escenario público, olvidando todas aquellas cuestiones que son puro fuego de distracción. En resumen, no vote rutinariamente, infórmese: lea, pregunte, compare y vote al que mejor represente sus intereses y los de todos nosotros, al que le merezca más credibilidad política y personal. De nuestro voto en estas elecciones depende la gestión inmediata de nuestros pueblos y ciudades, nuestra calidad de vida diaria y, también, en cierta medida, la regeneración democrática que merece y necesita este país.